Monday 13 October 2025
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eldiario - 1 days ago

Martí Domínguez, escritor: El franquismo fue, básicamente, una lucha de clases para mantener las clases

El autor reconstruye en Ingrata patria mía las últimas horas de Joan Peset Aleixandre, el rector de la Universitat de València fusilado por la dictadura en la posguerraHemeroteca - El fusilamiento del rector Juan Peset Aleixandre, 80 años de un crimen del franquismo contra la medicina El escritor Mart Dom nguez (Madrid, 1966) cierra su trilog a novel stica sobre el fascismo con Ingrata patria m a (publicada en castellano por Destino y en valenciano por Proa), la cr nica de las ltimas horas con vida del rector Joan Peset Aleixandre, fusilado por el r gimen franquista en Paterna el 24 de mayo de 1941. Dom nguez, un gran escritor europeo en una lengua minorizada, ha investigado durante a os los sumarios de los que compartieron con el doctor Peset sus ltimas horas con vida: dos milicianos y un alcalde cuyos huesos a n permanecen en una fosa com n. Fruto de las pesquisas, en algunos casos de tintes detectivescos, la novela retrata el mundo carcelario de posguerra en el que Joan Peset, un humanista de la burgues a republicana liberal, fue encerrado por el r gimen, am n de los compa eros universitarios que lo denunciaron y que lograron que fuera finalmente fusilado. El autor, responsable de la revista cient fica M tode, propicia una amplia galer a de fascinantes personajes, tales como M ximo Cuervo, director general de Prisiones con el lema carcelario de la disciplina de un cuartel, la seriedad de un banco, la caridad de un convento ; Ram n de Toledo, que cre un ajedrez viviente de reclusos, o el m dico que fue alumno de Peset y que modific su apellido para que, a la postre, nadie detectara la pista de su papel en el fusilamiento, sin prever que el escritor seguir a su rastro en los archivos. Maestro de varias generaciones de periodistas y afrancesado intelectual volteriano, Mart Dom nguez ve en Joan Peset un s mbolo universal de la represi n y de la actitud c vica . En esta entrevista con elDiario.es, celebrada c mo no en el Colegio Mayor Rector Peset del barrio del Carmen, Dom nguez reivindica el papel c vico de aquella (demasiado breve) ilustraci n republicana, adem s de una cierta bonhom a del personaje principal de su novela que el autor siempre hace suya en la realidad. Esta novela, en qu ciclo de su obra se enmarca? Realmente es la tercera de la trilog a del fascismo. La primera es La sega, la segunda es El esp ritu del tiempo y, finalmente, en esta tambi n vuelvo a trabajar aspectos que me interesan como es la persecuci n del intelectual, el silenciamiento de la barbarie y toda esta actitud del franquismo de anular a cualquier voz disidente. De alguna forma, Joan Peset representa la intelectualidad y el mundo universitario. Lo que a m m s me choc y llevo desde el 2001, que le el sumar simo que se hizo una edici n por parte de la Universidad en facs mil lo que m s me impresion fue precisamente que fueron sus propios compa eros de la facultad los que hicieron la primera denuncia y, cuando lo condenaron a 30 a os de prisi n (que el presidente del tribunal consideraba que ya era un buen castigo) fueron precisamente los compa eros los que de nuevo lo volvieron a denunciar y consiguieron que hubiese un nuevo juicio (algo tambi n sorprendente) y una nueva condena, que es a muerte. Todo eso lo que produce es ese deseo de acabar con cualquier posibilidad, cualquier atisbo de en un futuro, de un cierto aperturismo progresista dentro del mundo universitario y cultural valenciano. Tanto le sorprendi , siendo usted catedr tico universitario, la inquina de los denunciantes de Peset? Realmente, la Universidad produce m s muertos que la mina. Tambi n el periodismo produce muchos muertos, pero en la Universidad hay muchas rencillas y es natural que haya posiciones a veces muy encontradas, pero no conoc a ning n ejemplo parecido. Yo dir a que incluso en el mundo puede haber pocos ejemplos parecidos de que sean tus propios compa eros de facultad, con los que muchas veces has participado en las mismas orlas de promoci n. Hay que pensar que Peset no es que fuese un profesor m s: era el rector durante muchos buenos a os, vicerrector anteriormente, decano de la misma fa es decir, alguien que llevaba 20 a os en posiciones oficiales acad micas de primer simo nivel, aparte de ser una persona condecorada por sus propias acciones c vicas en epidemias, como la de la gripe o la del tifus con el doctor Ferr n. Es decir, era un hombre muy se alado desde el punto de vista de m rito c vico y un gran reconocimiento personal por parte de la propia sociedad valenciana. Y sus antagonistas? Marco Merenciano es un se or muy formado, un gran escritor, le llaman el Gregorio Mara n de derechas. Eso es lo que arma la novela. A m no me interesa reconstruir algo que ya sabemos, aunque en mi novela hay much sima informaci n nueva. He obtenido los distintos sumar simos, las tres personas que lo acompa an (y todo eso es nuevo), pero s que hay un deseo de hacer literatura y de entrar en la psicolog a de cada personaje. Marco Merenciano s que hizo una colaboraci n con Vallejo-N jera y busc el gen rojo . Martí Domínguez, retratado ante el mural del Colegio Mayor Rector Peset. Ah hay una situaci n muy decepcionante, de falta de altura intelectual, porque evidentemente hab an ganado la guerra y, evidentemente, hab an sufrido una represi n estas personas conservadoras: Fernando Rodr guez Fornos [rector entre 1941 y 1951] tuvo que exiliarse. Al depurador de la universidad, Jos Mar a Zumalac rregui, le matan a su hijo. En cualquier caso, hay p rdidas personales y es comprensible que haya una polarizaci n. Pero de ah a querer matar a tu oponente, a tu contrario, a alguien con quien has convivido tantas veces, pues resulta casi inaudito. F jate que, durante la guerra, mataron a dos rectores, al rector de Granada, que era un arabista muy importante, y al de Oviedo, que era el hijo de Leopoldo Alas y catedr tico de Derecho. Pero eso son actos de guerra. De hecho, y lo explico en la novela, durante el propio proceso y el fusilamiento del rector de Oviedo, un soldado del escuadr n reconoci a su maestro y se neg a fusilarlo y lo mataron con l. Pero aqu hablamos ya del a o 41, cuando est ya muy avanzado todo el proceso de depuraci n. Yo creo que Peset, a pesar de todo, cre a que se iba a salvar. Incluso, con el enterado , ten an (por lo que he llegado a saber, aunque no he podido precisarlo) ciertos contactos importantes para poder parar la ejecuci n. A ra z de sus pesquisas, aun novelando, aporta nuevas pistas sobre los ltimos momentos con vida de Peset. En mi novela, de alguna manera sugiero que se adelant , se avanz , y que incluso pill a Peset, que acababa de operar una hernia por la ma ana, y lo fusilaron con la camisa de pijama puesta, porque descansaba en la celda, se hab a cambiado, lo llam el director y ah fue con la camisa de pijama puesta. Si sabes que te van a fusilar, no vas con la camisa de pijama puesta, obviamente. A diferencia de El esp ritu del tiempo, en la que hab a una cierta admiraci n cient fica hacia sus protagonistas y luego el descubrimiento de una tremenda decepci n tica y moral, en Ingrata patria m a me da la sensaci n de que pinta a estos personajes que denunciaron a Peset como algo mucho m s cutre, sin ni siquiera un halo intelectual. S , realmente el nazismo tiene una componente, desde el punto de vista de cambio social, que es muy espectacular y eso arrastr a las masas. El franquismo es un fascismo de ir por casa, que le falta altura, incluso en los propios objetivos. Es una lucha de clases para mantener las clases, b sicamente. Aun as , a pesar de ser cutre, s que creen en una Espa a imperial, en una nueva Espa a alineada con el Eje, y por eso est n tan lanzados. Cuando cae Par s, hacen una saca de 50 prisioneros condenados y los matan para celebrar la ca da de Par s. Es decir, est n absolutamente convencidos de que est n en un nuevo tiempo. En un momento determinado, el propio Ram n de Toledo [director de la c rcel Modelo de Val ncia] lo dice: van a liderar ellos esos nuevos tiempos. Consideran que superan a Hitler en muchos aspectos, porque ellos hablan de un nacionalcatolicismo que Hitler no tiene. Ven el catolicismo como eje vertebrador de esa nueva Espa a y de ese nuevo mundo tambi n. La admiraci n o el deslumbramiento que puede producir el nazismo no lo produce el franquismo nunca. Hay un deseo de un cambio absoluto de la concepci n de la especie humana y del ecosistema humano o el urbanismo. Hay una transformaci n propia de los germ nicos, absolutamente cuadriculada. En el caso del franquismo es un poco de ir por casa. Ingrata pàtria cierra el ciclo novelístico de Martí Domínguez sobre el fascismo. Otro componente de peso de su novela es el escenario carcelario. Me resulta muy fascinante todo el idioma carcelario, los usos de ese engranaje de aniquilaci n que pone el franquismo en ir fusilando a cuantos m s mejor. Esos juicios falsos, porque en el fondo son juicios todo eso hace que tenga tambi n un resultado muy deslumbrante en el sentido de que produce cierta ansiedad. Yo creo que la novela, en ese sentido, es ad me lo han dicho algunos lectores: que empiezas y que produce esa necesidad porque cada cap tulo aporta nuevas cosas y todo es terrible. Peset cree que la manera de proteger a las clases populares es haciendo política con la Izquierda Republicana y con el Frente Popular después De d nde nace esa fascinaci n por Peset? Realmente el facs mil del proceso editado por la Universitat de Val ncia fue lo que me abri la puerta a interesarme por Peset. Lo ten a siempre ah en la retaguardia, por decirlo as . Le he dado muchas vueltas, porque no es f cil encontrar el tono. S que sab a qu quer a contar: la persecuci n de la intelectualidad, que es algo que me interesa. He escrito un ensayo que es El somni de Lucreci. Una hist ria de la llibertat del pensament, ah hablo desde Galileo hasta Darwin. Siempre me ha interesado esa persecuci n del libre pensamiento y, en este caso, Peset es un libre pensador que abandona un poco a los suyos, entre comillas, y cree que la manera de proteger a las clases populares es haciendo pol tica con la Izquierda Republicana y con el Frente Popular despu s. La cuesti n est en que despu s, cuando empec a trabajar, me dije: realmente necesito saber quienes eran los que acompa aban a Peset, que curiosamente nadie lo hab a hecho. Incluso los apellidos de uno de ellos estaban mal, al principio no lo encontraba. Para ello tuve que ir al Archivo Hist rico Militar de Madrid, porque no hubo manera de que me lo enviasen. Al final, solo me enviaron uno de los expedientes, dec an que los dem s estaban muy mal. Pues fui all y fotografi todo lo que pude con unas restricciones muy f por supuesto dejan sacar cuatro o cinco sumar simos cada vez. Qu buscaba en esa documentaci n custodiada en el Archivo de Defensa? A m me interesaba saber qui nes eran cada una de las personas que figuran en el proceso de Peset. Y la sorpresa fue que me encontr que el que certifica la muerte de Joan Peset, el m dico militar, hab a estudiado en la Universidad de Valencia con Peset, hab a trabajado como profesor en Medicina Legal. Y, claro, esa es una de las sorpresas de la propia investigaci n, Jos Lloris. Es impresionante que ese hecho se desconociera hasta ahora. C mo es posible que se les haya pasado a los historiadores? Pues porque el segundo apellido lo adultera. A partir de ese momento necesitas saber cu ntas veces Jos Lloris, como m dico militar, hab a participado en los procesos de certificaci n de muerte y para eso ten a que leer sumar simos. Empec a leer sumar simos de gente que conoc a y lo que buscaba era qui n era el m dico. Pues, al menos en dos procesos m s, adultera su apellido, que es Ballar n, y pone o Ballar s o Vallar n, con uve. De manera que, efectivamente, si t pones el nombre completo no te aparece. El hombre pens mucho en la posteridad, pero no previ que un avispado escritor acabar a resolviendo el entuerto. Creo que l no quer a estar unido a la muerte de estas personas. E l mismo, por lo que he entendido, estuvo con los m dicos militares republicanos en el Hospital de Cuenca, ten a carnet de la CNT en ese momento (est en el Archivo de Salamanca, por eso tengo estos datos, la firma es la misma). Todo eso son hechos que a m me han producido diversos momentos de cambio de guion de la propia novela. Porque, de repente, el que era un personaje m s se convierte en un personaje fundamental para explicar muchas cosas que ocurren despu s. Era alguien que conoc a a los hijos de Peset, que ten a acceso a la familia Peset. Yo creo que jug un papel importante en los ltimos momentos de Peset. Y todo eso tambi n produce una necesidad de empezar a buscar sumar simos e intentar ver cu ndo empez este m dico a certificar las muertes de los condenados. El primero es el de Peset. Yo me imagino la escena: este m dico yendo hacia esa situaci n; no ha estudiado Medicina para hacer esos trabajos, porque adem s no era un fascista convencido, y el primero que se encuentra, en la primera saca, se encuentra a su maestro. Ni tan siquiera invent ndomelo se lo hubiesen cre do. Todo eso va armando una novela que, al principio, tienes claro qu quieres hacer, que es un homenaje a Peset, pero hay unos secundarios brutales, como es el propio m dico o don Ram n de Toledo, que tambi n es un gran secundario. Martí Domínguez ve en Joan Peset un “símbolo universal de la represión y de la actitud cívica” El proceso de documentaci n le oblig a cambiar el enfoque de esta novela alimentada con hechos reales? Siempre he hecho una literatura de ideas, bas ndome en la realidad. Desde el momento en que hago El regreso de Voltaire, tambi n me baso en hechos, hago investigaci n y busco y tengo una biblioteca volteriana de ediciones contempor neas de Voltaire, me interesa tener los materiales. Cuando voy al Archivo Hist rico Militar, porque se niegan a enviarme los sumar simos y, aparte, son car simos de escanear (cada sumar simo te cuesta unos 70 euros), tardan much simo, la primera petici n que hice tardaron siete meses en envi rmela. Todo eso retrasa mucho la novela y por eso se me ha alargado much simo en el tiempo. Hay pocas ayudas, no dir a que nos ven con antipat a, porque ser a exagerado, pero tampoco lo facilitan. Y la prueba est en que ahora he pedido otro sumar simo por otras cosas que estoy escribiendo y ni me han contestado. Ni me han contestado. Bueno, pues tendr que volver y coger el tel fono y volver a llamar y concertar una visita para poder tener ese sumar simo. Algunos personajes tambi n le dieron sorpresas. Lo que resulta muy fascinante es cuando est s en ese proceso y ya tienes la novela encauzada y, de repente, el personaje, en este caso el m dico, coge una dimensi n superior cuando ves que al primer acto de ejecuci n al que va a certificar las muertes est su rector y profesor, y no s si incluso llegaron a tener alguna tutor a. Alguien que l conoc a y que evidentemente pod a reconocer. Una de las cosas que se ha hablado es que fue Leoncio Bad a, el enterrador [del cementerio de Paterna], el que avis a la familia Peset. A m nunca me ha cuadrado eso. Me parec a absolutamente extraordinario que un enterrador primero supiese que ese es Peset y, segundo, cogiese el tel fono en el a o 41 y llamase a la familia Peset. Y eso c mo se hace? Creo que fue el m dico el que avis a la familia. Tampoco puedo certificarlo, por eso entra dentro de la ficci n. Y por eso tambi n quiero hacer novela, porque me permite jugar con otros elementos. Don Ramón de Toledo crea un ajedrez viviente donde los distintos peones son presidiarios La novela opta por dos escenarios principales la c rcel y el cementerio mientras que la Universidad est ausente. Por qu ? Realmente explico las tres ltimas horas de Peset. La ltima temporada, Peset es diputado, se dedica a la pol tica y despu s viene la guerra. La Universidad se queda un poco lejos, s que aparecen los compa eros que le denuncian. En el caso de la c rcel, tenemos ese documento realmente formidable, la memoria que escribi Don Ram n de Toledo sobre la Modelo, donde l, con muchas fotograf as y con much sima documentaci n, explica sus m todos penitenciarios. Explica, por ejemplo, que ha creado un ajedrez viviente donde los distintos peones son presidiarios y que el caballo es tambi n un presidiario que ha de saltar como un caballo. Crea un ajedrez viviente, que los propios reclusos llaman Espect culos Toledo. Tiene buenos dibujos tambi n y estad el hombre ten a un m todo cient fico. Despu s tiene el diario Redenci n, en el cual los reclusos escriben, y que le cuesta al final la vida [al dibujante] Bluf, por esas caricaturas que hace en las que ven la estrella de cinco puntas. Todo eso es material muy novelable. Lo que ocurre es que, como todos hablan en primera persona, tampoco la documentaci n ha de exceder el motivo. Aqu se corre el riesgo de que te dejes deslumbrar por todo ese universo que es fantasmag rico y que, al final, sea un libro de historia. No, yo quiero que haya novela y que haya tensi n narrativa en todo momento. Al final me dejo vencer por la tentaci n y explico la historia de Bluf o la de Carceller, pero eran prescindibles. Hay personajes tremendos: Ram n de Toledo o M ximo Cuervo... Ram n de Toledo es un gran personaje, igual que M ximo Cuervo es un gran personaje, igual que A ngel Gaos... Qu papel n hace A ngel Gaos all llevando a Cisneros, llevando a las obras de autores franquistas y l siendo uno m s el engranaje represivo para salvar el cuello, que es algo que todos entendemos. Pero claro, a A ngel Gaos lo machacaron, igual que a la familia Gaos la machacaron y, cuando sali de prisi n, salv la vida, pero ya no fue persona, se fue a M xico, se exili , segu a en una gran prisi n cuando sali de la c rcel. Todo eso hace que son personajes que conforman un todo de una gran violencia muy faulkneriano al mismo tiempo. Sabemos el final, aunque en la novela realmente no conoces el final, porque es circular y hay un momento inesperado, pero s que es deslumbrante y te obliga a seguir leyendo por esta acumulaci n de infamias. Infame y olvidado, porque curiosamente el superh roe se ha olvidado en gran parte. Antes dec a que el franquismo fue una lucha de clases para mantener las clases. Peset, desde ese punto de vista, era alguien de los suyos. Realmente Peset es uno de los suyos, de los que han ganado la guerra. Peset era riqu simo, ten a un laboratorio de an lisis cl nico que era un chorro de dinero diario. Y despu s ven a de una familia burguesa y de m dicos consagrados. Dentro un liberalismo blasquista. Realmente creo que era un hombre que ten a una percepci n c vica de su papel y deseaba ejercer su acci n para el progreso de la sociedad. Por otro lado, otro personaje con cierto peso en la novela es el exalcalde de Sagunt, tambi n condenado a muerte junto con Peset. Qui n fue este hombre? Antonio Agust n, que era el alcalde de Sagunt y que antes dirig a la Casa del Pueblo y ense aba a leer y era una persona formada, ha ca do en el olvido por completo. De hecho, en el listado de alcaldes de Sagunt no aparece su nombre. Esto lo estamos viendo con Manuel Girona, que me ayud mucho en las pesquisas, porque nadie sab a nada de Antonio Agust n. Es una de las cuestiones que querr amos reivindicar y recuperar. Yo he le do el sumar simo, se lo pas a sus nietos, que no lo ten an, y fue una gran sorpresa para ellos. Y, a partir de ese momento, se convierte en un personaje que me permite un t a t con Peset. Porque los otros dos que acompa an a Peset en los ltimos momentos son milicianos y tienen poca formaci n, a pesar de que tambi n son personajes interesantes. A uno lo llaman Le n, por lo feroz que es, aunque su nombre es Leopoldo. Y otro es Jacint Ferr s, que es un miliciano que ha participado en sacas y siempre en un papel colateral, porque l, de hecho, se enfrenta a los que van matando y, al final, se va al frente. Es decir, l mismo est en contra de esas sacas, pero bueno, es un miliciano. El alcalde es un gran personaje en la novela, que me permite este juego que, en definitiva, tambi n es fruto de la ficci n. El cami n tarda en llegar al punto de ejecuci n del terrer de Paterna porque a los militares los avisan tarde, los pillan a contrapi , entonces ese lapso de tiempo me permite que ellos est n metidos en el cami n y que hablen entre ellos. Porque, adem s, no son religiosos y son t os duros. Igual est n todos apocados pensando que los van a o igual no, igual est n charlando que a m me interesa esas tres ltimas horas entre ellos. El autor de Ingrata patria mía retratado en el Colegio Mayor Rector Peset. Peset tambi n fue un hombre muy moderado. Era un hombre educado, que adem s nunca crey en la violencia como forma de expresi n y de actuar. S que es cierto que la conferencia de los anales [una de las pruebas principales en el proceso contra Peset], que es tan famosa, hay que leerla en profundidad. A veces dicen: una conferencia que era puramente acad mica. Bueno, no. No es una conferencia acad mica, es una conferencia en la que l increpa y hace una llamada a la juventud para defender la Rep blica. Y dice: resistiremos y no nos dejaremos vencer. E l est ah en un papel pol tico de primera magnitud. Pero l era un hombre de ideas y de palabra. No utilizaba la violencia. De hecho, A ngel Gaos s que lleg a ir con rev lver. Nunca Peset llev un rev lver. E l era un m dico y nunca utiliz la violencia. Todo eso hace que, efectivamente, a n cueste m s matarlo. Peset era un hombre de ideas y de palabra, no utilizaba la violencia. Todo eso hace que, efectivamente, aún cueste más matarlo Sobre el presidente del tribunal tambi n he investigado mucho, es un hombre que es sanguinario y es uno de los presidentes del tribunal que m s sentencias a muerte firma. Los hechos eran muy atenuantes en el caso de Peset: los testimonios [favorables] de monjas, de burgueses, del arzobispo de Valencia, que se la jug con Peset.... Prudencio Melo fue imprudente [r e], y le llamaron la atenci n; fue una llamada de atenci n muy gorda. Prudencio Melo se la jug por Peset (aunque no se la jug por Carceller, el editor de La Traca). Es decir, los testimonios eran tan favorables a Peset que el hombre dijo, pues 30 a os, y ya sabemos que pronto habr una amnist a y esto se reconducir . Adem s, ya las hab a pasado canutas, porque lleva dos a os encerrado. Primero en Albatera, despu s en Portaceli. Quer an acabar con cualquier elemento que pudiese de alguna manera dirigir un posible renacimiento del pensamiento m s ilustrado valenciano. Ha hablado con los descendientes de Joan Peset? Habl con algunos familiares y no sab an nada de los ltimos momentos de Peset. De hecho, los otros tres siguen en la fosa com n, que es donde deber a estar Peset. Joan Peset se salv de la fosa com n y de esa doble humillaci n por los pelos y por una serie de carambolas. Creo que en estas cuestiones hay, a veces, mucha tensi n acumulada por parte de las v ctimas, porque la memoria hist rica 80 o 90 a os despu s sigue muy viva y las heridas siguen muy abiertas. Es importante intentar buscar situarse en la otra parte del espejo, intentar adoptar una actitud de mirada lo m s cient fica posible de los hechos e intentar no caer en posturas maniqueas y contarlo todo, porque es la nica manera de acabar con esto y de pasar p gina. Ya lo intent en La sega, donde la p rdida patrimonial de muchas familias fue muy grande y, por lo tanto, las heridas est n muy abiertas a n. Hay familias en los pueblos que no se hablan y ni se hablar n nunca porque tu abuelo o tu bisabuelo denunci , no se han cerrado las heridas y en este caso ocurre un poco lo mismo. Creo que es importante intentar poner todas las cartas sobre la mesa y explicarlo todo. Evidentemente, el cura don Jos , que es una de las manos armadas del director de la c rcel que le sirve para ir se alando a los que van a sacar a las sacas, vio c mo mataban a todas las monjas de su convento. Tambi n hay que contar esas cosas. Y l est all para, no ejercer venganza, pero por una herida que tiene que tambi n necesita compensar, porque l se escondi . Todas esas cuestiones son importantes, lo que m s me molesta son los cart n-piedra y los estereotipos. Intentemos hablar y abrirlo todo. Incluso el propio m dico de la prisi n que est ah porque quiere, el doctor Luna, al final hace mucha amistad con Peset y en el segundo proceso testifica a su favor. Algo que a don Ram n le molesta much simo. Dice: hasta aqu podemos llegar que mis trabajadores acaben testificando a favor de los presos. Al final, la realidad siempre suele ser m s compleja de lo que parece a simple vista. Es muy importante poner la complejidad y no caer en el todos son buen simos y todos son mal simos . Intentemos ahondar en las heridas humanas. El propio Peset defendi a la Virgen de los Desamp se puso ante la Bas lica y consigui que un grupo de milicianos no la quemase ni la desvalijase. Eso es un m rito para Peset, pero tambi n habla de las actitudes de los milicianos con los religiosos, con todo el patrimonio religioso, con las quemas de Iglesia, la destrucci n de libros sagrados, tantas cosas que averg enzan y hay que contarlo. Porque si no, aqu estaremos a medias tintas y mi funci n como escritor no es estar a medias tintas. Es muy importante poner la complejidad y no caer en el todos son buenísimos y todos son malísimos C mo fue la exhumaci n de los restos de Peset? Lo que no s es qu sucedi en aquel momento, s que s que fue la familia a buscar a Peset, entrada la noche. Era una noche que no hab a luna porque he buscado el cielo de ese d a y, curiosamente, tienes toda esa informaci n: no hab a luna, era una noche muy cerrada. D nde ha buscado esa informaci n? Hay registros astron micos. Buscas el a o 1941, 24 de mayo, y ves la luna que hab a. Era una noche cerrada y me imagino el coche llegando (no s si era su Chrysler o ya estaba decomisado) pero en cualquier caso un coche de la familia y metiendo el cad ver del padre all y saliendo a escondidas. Lo enterraron en el nicho de un hermano suyo que muri con dos a os y ah estaba el nombre del hermano, no estaba el nombre de Juan Bautista Peset. De este modo, pues tuvo toda una posguerra y unos cuarenta a os de silenciamiento. Esa carta que escribe tambi n es uno de los elementos que estructura la novela y que se va escribiendo a lo largo de ese periodo. Es una carta plegada en cuatro en la que l est convencido que su nombre se ha recuperado. Evidentemente, culpa al franquismo de que lo matan inocentemente. Dudo mucho que un funcionario de la prisi n, leyendo esa carta, permitiese que llegase a la familia. Mi opci n es que muri con la carta puesta, no se lleg a entregar y con el cad ver lleg la carta, que es tambi n muy novelesco. Y que, en un momento determinado, ya la ha firmado y ya ha puesto la fecha y a n le dedica unas ltimas palabras a su mujer, como diciendo: a n quiero decir algo m s. Esa carta la va escribiendo a trompicones desde capilla hasta en el mismo cami n, escriben unas ltimas letras a sus seres queridos. Hubo otros elementos en el ensa amiento con Peset? Hay una situaci n un poco confusa, porque en un documental sobre Peset se dice que los socios del laboratorio se aprovecharon de l. Algunos de estos socios han contestado diciendo que no es cierto. Lo que puede ser es que ah tambi n hubiese un inter s por hacerse con el patrimonio de Peset. Digamos que eso ya queda en un segundo plano, porque ya no me interesa tanto. Evidentemente, pasaron muchas penurias y afect a los estudios acad micos de los dos hijos. A su padre, Vicente Peset Cervera, en una situaci n muy dura, le ocultaron que su hijo estaba en la c rcel. Era un hombre ya muy mayor, pero quiz hubiese podido hacer algo m s. Ten a muchos contactos, era muy conocido, su manual de Medicina se estudiaba a n en la carrera, era una autoridad. Se lo ocultaron porque quiz ellos cre an que se iba a salvar, que no era necesario decirle: Pap , necesitamos que salves a tu no, no, se lo ocultaron. Imagino el dolor inmenso. Su esposa, Ana Llorca, tambi n es un personaje de la novela muy llamativo. Ana Lloca era una persona muy importante. Es una mujer muy formada, con una enorme personalidad, que fue con La n Entralgo (tambi n se jug el tipo), llamaron a todas las puertas que pudieron. Era de Acci n Cat lica y al mismo tiempo con much simo poder en la burgues a valenciana. Por eso, Prudencio Melo cedi e intercedi tambi n por Peset. Hasta qu punto las disputas puramente acad micas tuvieron que ver en la actitud de Marco Merenciano? Hab a una rivalidad entre Marco Merenciano y Peset. Marco Merenciano ten a visi n de la psiquiatr a del momento, muy de Vallejo N jera. Y Peset ten a una visi n de la psiquiatr a muy moderna. Ten an las carreras hechas, ah hay una rivalidad intelectual b sicamente. Y despu s tambi n se le acusa de que muchos de ellos tuvieron que huir. Por ejemplo, Rodr guez Fornos tuvo que huir [de la retaguardia republicana] de mala Peset era el rector en aquel momento y, quiz , podr a haber hecho algo m s; eso es lo que se le acusa. Tambi n creo que es injusto, porque l hizo todo lo que pudo y tampoco era f cil hacer algo m s porque est bamos hablando de que hab a unos milicianos muy violentos y t tampoco te pod as singularizar igual te pegan un tiro a ti, no era f cil jugar con el comisario de la Checa. No es f cil, son tiempos muy siniestros. En el caso de Peset, hizo cuanto que pudo. Conociendo a Peset y conociendo un poco la calidad humana de Peset, no se puede poner en duda su probidad intelectual. Yo creo que era un hombre ntegro, que en alg n momento pudiese tener miedo tambi n es posible. No lo s , pero esas acusaciones me parecen injustas. Martí Domínguez, en un momento de la entrevista con elDiario.es. Ha obtenido el protagonista de su novela todo el reconocimiento que merece? Creo que, para empezar, Peset es un gran desconocido. Pregunta a la sociedad valenciana, a ver qu te pueden decir. En Catalunya, donde he estado presentando la novela, no ten an ni el otro d a hice la rueda de la prensa y no sab an absolutamente nada. Es un s mbolo universal de la represi n y de la actitud c vica. Porque l puede irse y no se va; tres veces tiene la posibilidad de irse de Espa a. E l es muy ntegro y se mantiene en sus obligaciones hasta el ltimo momento. Todo eso es un s mbolo universal, para m es un gran personaje. Es un Carles Rahola, que tambi n es un hombre cat lico que matan, es un Sostiene Pereira, un hombre ingenuo que no se cree que le pueda pasar eso. Por lo tanto, es una figura que tiene una posteridad desde el punto de vista de s mbolo que tendr a que ir mucho m s all del Cap-i-Casal. Peset es el nico rector espa ol fusilado en la posguerra, primera cosa. Y despu s es un hombre intelectualmente muy importante: es alguien que puso el brazo para las vacunas del doctor Ferr n, con medallas al m rito c vico y que estuvo en varias epidemias en primera fila. Un hombre valiente, un gran conocedor de la toxicolog a y de la Medicina Legal, era un hombre importante. Todo eso pod a dar lugar a una figura universal y bien conocida en el mundo. En cambio, se ha quedado en la avenida Peset o en este Colegio Mayor del Rector Peset [donde se celebra la entrevista] o en un hospital, pero ya poca cosa m s. Creo que la Universidad debe tener una actitud más activa. Y, también, diría el mundo intelectual, incluso el mundo literario Por qu reivindica hoy en d a a Peset? Es importante reivindicarlo y, sobre todo, en estos tiempos. Yo siempre intento en mis novelas tratar el presente. El regreso de Voltaire es la persecuci n del intelectual, del libre pensador. En el caso de Peset, tambi n van por ah los tiros. Vivimos un panorama con una clase pol tica cada vez m s antiilustrada, cada vez m s de esquinas al conocimiento, con un Donald Trump negacionista, pero tambi n con una persecuci n a las propias universidades, favoreciendo universidades privadas, no dotando de presupuesto a las universidades p blicas, ninguneando constantemente la opini n de los expertos, ninguneando, en definitiva, la ciencia desde partidos que tienen posibilidades de gobernar. Todo eso hace que recuerde mucho a aquellos tiempos y que haya que reaccionar. Creo que la Universidad debe tener una actitud m s activa. Y, tambi n, dir a el mundo intelectual, incluso el mundo literario. A veces hay demasiada forma y poco fondo. Busquemos una literatura m s de acci n; ya s que quieres contar tus grandes traumas, pero intentemos mejorar nuestra sociedad desde el punto de vista de una literatura m s volteriana en el fondo.


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