eldiario - 1 days ago

El colapso de un edificio en pleno centro de la capital ha despertado el miedo por las condiciones en las que se desarrollan estos trabajos. La empresa niega una mala praxis mientras que los sindicatos, asociaciones y trabajadores ponen el foco en la precariedad diaria en la construcción como un factor clave Las hipótesis del derrumbe en Madrid: mucho material de obra acumulado, un edificio antiguo y pocas certezas Cuando todo se precipit , Moussa, Jorge, Diallo y Laura desaparecieron entre los escombros. Trabajaban en una obra en pleno centro de Madrid, por la zona de O pera y muy cerca de la Plaza Mayor. La idea era reconvertir un antiguo bloque de oficinas en otro hotel de cuatro estrellas en el epicentro de la turistificaci n. Pon a el dinero una socimi de capital saud . El martes, un ruido ensordecedor lo cambi todo por completo. A las 24 horas del incidente aparecieron sin vida Diallo y Laura, los primeros identif poco despu s, las unidades caninas desplegadas por la Polic a Municipal hallaron otro par de cad veres m s. En total fueron tres hombres y una mujer, todos inmigrantes y operarios originarios de Mali, Ecuador y Guinea respectivamente salvo ella, espa ola y jefa de producci n. El sector de la construcci n concentra una de las tasas de siniestralidad y mortalidad m s preocupantes de Espa a. Los accidentes crecen desde 2014, cuando el pa s comenz a recuperarse tras la eclosi n de la crisis inmobiliaria. Seg n los ltimos datos registrados por el Ministerio de Trabajo y Econom a Social, entre enero y el pasado mes de julio murieron 103 personas en horario laboral. La cifra es alarmante: el a o a n no ha concluido y ya hay m s fallecidos en la obra que en todo 2024, cuando perecieron 82 personas. La estad stica no incluye accidentes in i es decir, producidos en el trayecto de ida o vuelta. El a o pasado murieron 13 personas en la Comunidad de Madrid mientras trabajaban en la construcci n, seg n datos del portal regional. El descenso de la estad stica desde hace al menos cuatro a os es ligero, pero progresivo: en 2021 perecieron 21 empleados, al a o siguiente fueron 20 y hace dos, 19. El caso es que buena parte de las plantillas en la construcci n la componen personas de origen extranjero, lo que para algunas voces entre asociaciones o sindicatos les expone a otras complicaciones en paralelo. El centro de Madrid este miércoles, dos días después del derrumbe de un edificio M s de un 20% de los trabajadores del sector provienen de otro pa s, seg n datos del Ministerio de Inclusi n, Seguridad Social y Migra con una de las mayores tasas solo por debajo de la hosteler a (30%), el trabajo en ONG o fundaciones (28,7%) y la agricultura (24,5%). A veces son reci n llegados y en situaci n de mayor vulnerabilidad respecto a otros compa eros, ya sea por no tener papeles o unas condiciones de desigualdad. Pero, en otras ocasiones, terminan aceptando sin remedio un sueldo que aumenta de valor en sus pa ses de origen. Los migrantes estamos condenados a hacer esos trabajos que el resto no desea: recolectar en el campo, la venta ambulante y casi siempre en la clandestinidad, o el trabajo f sico en una obra como la de la calle Hileras , sentencia Victoria Columba, activista argentina apodada Vicky Canalla y una de las voces m s frecuentes del movimiento #Regularizaci nYa, que se convirti en un movimiento estatal. Uno de los obreros que trabajaban en la obra de la calle Hileras número 4 hace declaraciones a los medios Lo impulsan migrantes en favor de una regularizaci n masiva de 500.000 personas que viven en Espa a para facilitar su integraci n y el acceso a un trabajo. La propuesta lleg a alcanzar el suficiente apoyo como para presentar una ILP en el Congreso de los Diputados. Este mecanismo, la Iniciativa Legislativa Popular, permite a la ciudadan a presentar una propuesta de ley o alguna modificaci n legislativa, algo generalmente reservado solo para representantes pol ticos electos. El requisito es reunir medio mill n de firmas que se puedan certificar. El proceso para su debate y aprobaci n se ha dilatado hasta quedar en una especie de limbo parlamentario, pero uno de los objetivos que defiende es reforzar la fuerza laboral en Espa a en todos esos puestos que no logran cubrirse . A ra z de la muerte de los tres migrantes en el derrumbe de la calle Hileras, lo primero que hizo esta organizaci n fue recopilar cuanta m s informaci n posible sobre su situaci n laboral en Espa a: si ten an papeles o no, cu nto tiempo llevaban aqu o qui nes eran sus familiares y conocidos cercanos en el territorio. Fue una misi n imposible , resume la portavoz del movimiento en favor de la regularizaci n masiva. Si las familias no tienen papeles tampoco pueden actuar, ni tan siquiera reclamar los cuerpos en comisaría. Sería su ruina Victoria Columba (Vicky Canalla) — Movimiento por la regularización masiva de migrantes Pr cticamente no consiguieron dar con allegados ni obtuvieron respuesta por parte de la empresa sobre qui n asumir a los gastos de la repatriaci n en caso de que eso sea lo que decidan sus parientes. En casos como este, solemos encontrarnos una situaci n que se repite: si las familias no tienen papeles no pueden actuar ni tan siquiera reclamar los cuerpos en comisar a. Ser a su ruina , destaca Columba, precisando que este no tiene por qu ser necesariamente el caso de Moussa, Jorge y Diallo. A la hora de redactar un comunicado para mostrar sus condolencias por la muerte de estos tres hombres, una idea reaparec a: C mo es posible que sea tan dif cil saber algo de ellos? . La presencia de personas migrantes en la obra es abundante, pero no son los nicos que sufren sus consecuencias. En mayo de 2018, hace siete a os, otro edificio en Chamber que iban a convertir en un bloque de lujo se derrumb en plena obra sepultando a dos trabajadores. Era Agust n Bello, de 42 a os y vecino de Parla, y Jos Mar a S nchez, extreme o de 56. Como en Hileras 4, la primera idea que barajaron los equipos de rescate fue que la estructura no pudo soportar el peso de los materiales acumulados en las plantas m s altas. Tambi n se abri una investigaci n en los tribunales para deducir el origen y depurar responsabilidades, pero a d a de hoy sigue sin estar claro. Poca cultura de la prevenci n y escasos recursos de vigilancia El problema normalmente es que muchas constructoras grandes quieren adoptar solo las medidas m nimas que exige la ley, en lugar de ampliar sus garant as para evitar problemas a posteriori , se alan desde el rea de construcci n del sindicato Comisiones Obreras. En la secci n madrile a de CCOO H bitat que acaba otros sectores como limpieza, seguridad, servicios dom sticos o jardiner a parecen tener claro que a Espa a le falta mucha cultura de la prevenci n y que las empresas delegan esta tarea en la figura del recurso preventivo, cada vez m s escasa: Suele ser un operario que ha recibido una formaci n de 60 horas para vigilar los trabajos, pero no designan suficientes como para cubrir todas las reformas que desarrollan en paralelo . Desde el sindicato resumen el problema en dos vertientes, una estructural y otra laboral. En el primer lado est n las pr cticas habituales entre algunas empresas, que desde an ciertas formas de prevenci n y se limitan a cubrise las espaldas con la parte burocr tica, designando a trabajadores que rellenen los expedientes o cubran las actas de designaci n de cara a la Inspecci n de Trabajo. Otro servicio que, a n siendo p blico, contribuye con sus carencias a la inseguridad del sector seg n la experiencia de este sindicato. Aunque la Inspección de Trabajo aumente su plantilla siguen sin ser suficientes como para revisar al detalle cada obra. Se limitan a revisar que los papeles están en regla CCOO Hábitat Madrid — Representantes sindicales en el sector de la construcción Aunque hayan aumentado plantilla con subinspectores siguen sin ser suficientes como para revisar al detalle cada obra. Al final, se limitan a comprobar que todos los papeles est n en pero eso no define que la construcci n sea segura , destacan fuentes sindicales. Luego est el segundo eslab n, el de la precariedad o los horarios extenuantes. Seg n los datos que manejan en CCOO H bitat, el sueldo medio de un oficial de primera un puesto cualificado de mano de obra directa ronda los 1.200 una cantidad del todo insuficiente para la cantidad de riesgos f sicos que asumen y las jornadas extenuantes haga fr o o calor . La siniestralidad del sector es muy alta, las condiciones son precarias y todo esto suma un c ctel molotov que ahuyenta a nuevas generaciones. Los j venes ya no quieren trabajar aqu , qu sentido tiene hacerse mileurista trabajando entre 10 y 12 horas al d a, incluyendo algunos fines de semana? , se cuestionan desde el rgano sindical, que advierte c mo esta pr ctica de avanzar en las labores durante el s bado o domingo se ha extendido pese a ser ilegal . Muchas veces, el motivo es acelerar los trabajos para llegar a una fecha de ejecuci n pactada o disminuir costes. Todos estos obst culos desincentivan un relevo local y deja la puerta abierta a una pr ctica habitual en Espa a para cubrir puestos en los sectores m s precarizados: contratar a inmigrantes. Aqu parece que s los queremos , ironizan en CCOO. Las dificultades para incorporar personal especializado o garantizar que una obra plantee medidas de seguridad suficientes no solo ocasionan problemas a las empresas o sus trabajadores, sea cual sea su origen, sino tambi n a los vecinos de alrededor. C mo voy a estar tranquilo, si la persona que nos calm y crey que todo ir a bien ha muerto en el accidente? , se pregunta Javier, vecino de una de las calles colindantes a Hileras. Se refiere a Laura Rodr guez, la joven en la treintena cuyo cad ver identificaron tras el accidente. Asegura que el encuentro fue en verano y que, para tranquilizarles y cerciorarse de que todo estaba en orden, tanto ella como otra compa era subieron con su pareja al piso en el que residen para comprobar c mo la obra afectaba a la estancia. ¿Cómo voy a estar tranquilo, si la persona que nos calmó y creyó que todo iría bien ha muerto en el accidente? Javier — Vecino de una de las calles próximas a la obra Siempre seg n Javier, les prometieron que en poco tiempo acabar a el desescombro, comenzar an a construir y el ruido disminuir a. Adem s, pactaron que mandar an m s veces a regar las instalaciones en construcci n para controlar la cantidad de polvo que el viento arrastra hasta las casas. Este martes, poco despu s de las 13.00 horas, se produjo el derrumbe y Laura perdi la vida. Javier, su pareja y la ni a estaban fuera de la vivienda: dentro solo quedaba una perrita. Cuando se enteraron de lo ocurrido el rea ya hab a sido precintada y se hab a desplegado el dispositivo de emergencia confirmado por Bomberos, Samur-Protecci n Civil, Polic a Nacional o Municipal. Consiguieron que un agente de este ltimo cuerpo les acompa ara al piso para sacar al animal y, aunque a ltima hora de la tarde se les permiti de nuevo el acceso a su vivienda a todos los vecinos, prefirieron pasar la noche en casa de un amigo. Ten an miedo de que el derrumbe hubiera afectado a la estructura de su bloque. D as despu s del susto, esperan a que el Juzgado de Instrucci n n mero 43 de Madrid avance en sus diligencias junto a la Polic a Municipal, de la que corre a cargo la investigaci n al catalogarse el siniestro como un accidente laboral. La empresa niega la acumulaci n de material en la cubierta El Ayuntamiento asegur el mi rcoles que la obra contaba con todos los permisos municipales necesarios, y que a partir de ese punto correspond a a las autoridades policiales dilucidar la causa del accidente. El alcalde de Madrid, Jos Luis Mart nez-Almeida, interrumpi su viaje a Londres (Reino Unido) y compareci a la ma ana siguiente para confirmar la muerte de cuatro personas. Dej en el aire una de las primeras hip tesis que se barajaban: la acumulaci n excesiva de material de obra en la planta alta del edificio. Interior del edificio en la calle Hileras después del derrumbe El colapso del forjado, esa estructura horizontal que separa los pisos de un inmueble desde techo y suelo, desplom el bloque de arriba a abajo. Cayeron 50 metros de los 200 que compon an la superficie del sexto nivel. Lo dem s es historia. La reforma la hab a ordenado un inversor saud especializado en hoteles o apartamentos tur sticos de alta gama en Espa a y Portugal, RSR Singular Assets Europe Socimi, gestionado por la socimi Caler Advisory and Asset Management y su matriz, Caler Advisory And Asset Management S.L., que obtuvo el inmueble por 24,5 millones de euros. Anka Demoliciones era la empresa encargada de derribar el edificio y Rehbilita, de remodelarlo despu s. C mo se asegura el forjado de una vivienda durante una obra El responsable de esta primera subcontrata, Daniel Anka, neg que en ese momento trabajaran en la cubierta del edificio y desestim una posible sobrecarga como origen del desastre. La versi n final depender de un juez. Mateo, que trabaja desde el a o 2000 en la construcci n y actualmente ejerce como encargado de obra, explica c mo suelen ejecutarse estas partes del proceso. Ha preferido proteger su nombre real o el de la empresa que lo contrata para evitar represalias, pero destaca desde el inicio que la presencia de inmigrantes es una constante habitual en el sector y, sobre todo, durante estas fases. Las medidas de seguridad var an seg n cada empresa. Cuando hacemos forjados para una vivienda, lo importante es ir separando los pal s a una distancia prudente y cargar el peso sobre unas cuantas vigas maestras, no sobre el forjado en s . Estas vigas suelen ser de hormig n armado, as que tienen m s resistencia al extenderse de un pilar a otro. En ese punto hay que tener bien apuntalados los forjados de las plantas inferiores, al menos uno o dos si el acopio de material es importante , destaca el profesional. Lo imprescindible, como se repet a durante la pandemia, es la distancia de seguridad: No puedes acumular mucho peso en un rea concreta ni instalar cuatro pal s de un metro en otros cuatro de forjado. Para reducir riesgos hay que separarlos con medio y medio de distancia, aproximadamente . Suscríbete al boletín de noticias de Madrid

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