Friday 17 October 2025
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eldiario - 2 days ago

Renovar para atacar: el Gobierno ante su segunda oportunidad

El margen de mejora es amplio. La mayoría de los ministros, tanto del PSOE como de SUMAR, siguen siendo poco conocidos para buena parte del electorado. Aumentar su visibilidad y dotarles de una narrativa clara y diferenciada es esencial Estamos a punto de llegar al ecuador de la legislatura. Seg n la mayor a de las encuestas publicadas, si las elecciones se celebraran en este momento las derechas arrebatar an el gobierno a las izquierdas. Teniendo en cuenta el contexto geopol tico y la din mica auton mica previa, es una posibilidad cierta que a partir de 2027 haya un gobierno reaccionario en Espa a. Sin embargo, a n hay tiempo para impedir este escenario y, como ocurri en 2023, dar la sorpresa. La esperanza existe porque la pol tica no est predestinada. Aunque la din mica econ mica y geopol tica marquen el latido del tiempo hist rico, los actores pol ticos pueden intervenir estrat gicamente para modular y oponerse a esas tendencias de fondo. Eso quiere decir, por lo tanto, que no hay que caer en el derrotismo, sino ser habilidosos con los instrumentos de los que se dispone. En suma, explotar todas las oportunidades y reducir los riesgos. El lector conoce que pienso que el Gobierno deber a incrementar la ambici n en determinados asuntos, destacadamente la vivienda. Asimismo, hay todo un campo de pol tica social en el que el Gobierno puede disputar luchas rentables contra la oposici n. Sin embargo, no creo que el principal inconveniente ahora mismo sea de programa pol tico, sino de relato y liderazgo en los segundos niveles. Ahora mismo todos los impactos los est recibiendo el presidente del Gobierno, que es tambi n casi el nico que est simbolizando el choque contra la oposici n. Y eso es un problema. El instrumento de los liderazgos Como he se alado en otras ocasiones, uno de los instrumentos esenciales de la pol tica contempor nea son los liderazgos. Los l deres encarnan hoy, m s que nunca, los valores, las aspiraciones y las emociones con las que los votantes se identifican. La pol tica de la adscripci n partidista sigue existiendo, pero cada vez tiene m s peso el papel de la legitimidad y fuerza de quien condensa en su persona el proyecto. En las ltimas d cadas hemos visto c mo tanto la pol tica nacional como la internacional se han visto sacudidas por la irrupci n de figuras carism ticas capaces de alterar los rocosos equilibrios previos. El ejemplo m s reciente es el del Reino Unido, donde el nuevo e inteligente l der del Partido Verde, Zack Polanski, ha combinado un discurso potente, una comunicaci n brillante y una personalidad atractiva para situar a su formaci n por encima del 15 % en las encuestas apenas un mes despu s de ganar las primarias. A veces se me ha recriminado que con esta aproximaci n minusvaloro el papel de la ideolog a o el programa. En absoluto. Lo que ocurre es que en la era de la mediatizaci n de la pol tica los l deres no solo ejecutan pol ticas: las simbolizan. En la pol tica contempor nea, los programas gobiernan sobre el papel, pero los rostros gobiernan en la esfera p blica. En una coalici n, por ejemplo, cada ministro funciona como una marca pol tica que traduce el proyecto ideol gico a identidades reconocibles. Si los ministros no juegan ese papel, el gobierno est desaprovechando sus instrumentos. En un ecosistema medi tico dominado por la personalizaci n, el liderazgo y la imagen, los ministros se han convertido en el instrumento m s eficaz para traducir las pol ticas en percepciones, fidelizar electorados y proyectar identidad. Un buen programa sin ministros reconocibles carece de voz, mientras que un ministro h bil puede convertir incluso pol ticas discretas en s mbolos de direcci n y prop sito. Hay muchos pa ses que explotan la propia figura del ministro sin cartera , es decir, la existencia de l deres pol ticos que est n en el Gobierno, aprovechando as su presencia p blica, pero sin ministerios a su cargo. No es casualidad, de hecho, que en Espa a los principales activos pol ticos se concentren en el Gobierno. Ser ministro/a implica que casi todo lo que haces y dices tiene repercusi n medi tica y puede comunicarse al conjunto de la ciudadan a. Si no te conocen, pol ticamente hablando no importa lo que hagas o digas. Por eso, los partidos suelen promover al Consejo de Ministros a figuras a las que se quiere dar visibilidad para, por ejemplo, preparar para futuras candidaturas, especialmente en elecciones auton micas. En suma, participar en el Gobierno funciona como un escaparate privilegiado para hacerse conocer y, sobre todo, reconocer ante la opini n p blica. El tipo de desempe o que se quiera hacer con esa oportunidad ya depende de la estrategia que cada partido haya definido. Llegados al ecuador de la legislatura, y jug ndonos tanto, he analizado c mo se est n desenvolviendo los ministros actuales en la esfera p blica. Para ello he utilizado los datos del CIS sobre el conocimiento y la valoraci n de los ministros que llevan dos a os en el cargo (14 del PSOE y 5 de SUMAR), comparando el bar metro de enero de 2024 con el reci n salido de octubre de 2025. Las conclusiones principales de mi an lisis son las siguientes: Conocimiento p blico Actualmente, s lo la mitad de los ministros (6 del PSOE y 2 de SUMAR) son conocidos por al menos la mitad de los espa oles. Eso significa que a n hay much simo margen para los que sigan en esa posici n de gobierno despu s de la inminente remodelaci n prevista por el PSOE para bajar candidatos auton micos. En lo que se refiere a la evoluci n de estos datos, entre 2023 y 2025, el nivel de conocimiento aument de forma generalizada: el incremento medio fue de unos 9 10 puntos porcentuales, pr cticamente id ntico en ambos partidos (PSOE: +9,39; SUMAR: +9,75). En consecuencia, el ligero aumento de notoriedad parece responder a un efecto conjunto de gobierno la acci n institucional y medi tica del Ejecutivo en su conjunto m s que a un efecto partidista. Ambos bloques han ganado visibilidad en proporciones muy similares, sin ventajas significativas. Los ministros son m s conocidos, pero tambi n mejor valorados? Valoraci n ciudadana Una cosa es que te conozcan y otra que te valoren bien. Los datos revelan que las valoraciones promedio de los ministros se han mantenido estables durante estos dos a os, lo que significa que no se ha dado ni un castigo generalizado ni una mejora perceptible en la opini n p blica hacia los miembros del Gobierno. En este sentido, se puede ver el vaso medio lleno o medio vac o, seg n las inclinaciones de cada uno. En promedio, el bloque del PSOE registra un leve desgaste ( 0,16 puntos), mientras que el de SUMAR conserva o mejora m nimamente (+0,02). Es decir, SUMAR mantiene una ligera ventaja media sobre el PSOE, aunque dentro del margen de error. Con todo, estos datos de valoraci n se refieren al conjunto total del electorado, lo que incluye a los votantes de los partidos de derechas -que en el corto plazo no ser n recuperables-. Por eso es m s relevante observar la evoluci n de esos indicadores nicamente entre los votantes propios. Afinidad partidista Estas valoraciones de los votantes demuestran estar fuertemente mediadas por la identidad pol tica. Los datos confirman un patr n bien documentado en la literatura pol tica: los votantes tienden a valorar mejor a los ministros de su propio partido. Sin embargo, los votantes de SUMAR son m s selectivos: otorgan casi un punto m s de valoraci n a sus ministros respecto a los socialistas. En conjunto, los datos sugieren una asimetr a afectiva, es decir, el electorado socialista es m s inclusivo y benevolente, mientras que el de SUMAR muestra una identificaci n m s marcada con su propio espacio pol tico. En el siguiente gr fico he recogido los datos explicados hasta ahora. En el cuadrante superior izquierdo vemos c mo el nivel de conocimiento ha crecido de manera similar entre el bloque del PSOE y de SUMAR. En el cuadrante superior derecho observamos la valoraci n, y comprobamos c mo la ligera subida de SUMAR y la ligera bajada del PSOE son irrelevantes en t rminos absolutos (diferencias m nimas). Lo novedoso viene en los cuadrantes inferiores, que demuestran que en los dos ltimos a os los votantes del PSOE han empeorado la valoraci n que tienen de sus propios ministros, pero han mejorado la que tienen de los de SUMAR, mientras que los votantes de SUMAR valoran mejor a los ministros de ambos bloques (pero especialmente a los suyos). Conocimiento y valoración ministros La bajada de valoraci n de los ministros del PSOE entre sus votantes, junto con la subida de la valoraci n de estos mismos ministros por los votantes de SUMAR, parecer a indicar una inclinaci n m s izquierdista de los ministros del PSOE que es penalizada por sus votantes. Sin embargo, no olvidemos que los votantes del PSOE han mejorado la valoraci n que conceden a los ministros de SUMAR, por lo que parece que debemos descartar dicha hip tesis. El riesgo de la indiferenciaci n Uno de los principales riesgos de los gobiernos de coalici n es que los votantes no sean capaces de distinguir a los ministros de cada bloque, ya que la falta de perfil propio puede diluir la identidad de cada partido. Eso es un problema serio de cara a las elecciones, pues el electorado no comprender qu valor a adido aporta cada bloque respecto al otro. Los gobiernos de coalici n m s exitosos son aquellos cuyos partidos consiguen cooperar sin desdibujar sus perfiles propios, un juego de tensiones que no es f cil. Para medir este fen meno, he construido un modelo simple que calcula la diferencia entre la valoraci n de un ministro entre votantes del PSOE y de SUMAR. Si la distancia promedio es inferior a tres puntos porcentuales, considero que el ministro resulta indistinguible para el electorado. Si la diferencia es peque a decimos que ambos electorados perciben de forma similar al ministro, y entonces existe un problema pol tico. Al comienzo de la legislatura hab a tres ministros de SUMAR Sira Rego, M nica Garc a y Ernest Urtasun que se situaban en esa zona de indistinci n con respecto al PSOE. De hecho, al inicio de la legislatura, tanto Rego como Garc a eran mejor valoradas por los votantes socialistas que por los suyos propios. Sin embargo, la foto fija de 2025 revela un cambio sustancial: s lo O scar Puente (PSOE) se encuentra actualmente en una posici n de indiferenciaci n . Aun siendo mejor valorado por su propio electorado que hace dos a os, la diferencia respecto al de SUMAR es ya m nima. Probablemente su comunicaci n m s bronca y directa, que a veces se confunde con radicalidad ideol gica, atraiga a los votantes de SUMAR. En estos dos a os los ministros de SUMAR han sido crecientemente mejor reconocidos por sus votantes. Como era de esperar, Yolanda D az es particularmente mejor reconocida por sus votantes que por los del PSOE. Sin embargo, entre los ministros del PSOE ocurre un fen meno curioso: en general cada vez se hacen m s indistinguibles entre el electorado porque son mejor valorados por los votantes de SUMAR y peor valorados por los del PSOE. Quiz s los ministros del PSOE est n dejando de ser los suyos para sus votantes, y est n crecientemente siendo percibidos como de todos por parte de los votantes de SUMAR. Brecha valoración Hasta ahora he hablado de una valoraci n relativa (diferencia en la valoraci n entre votantes de bloques) y no absoluta. Si ahora nos concentramos en ver c mo de bien (o de mal) son valorados cada uno de los ministros, tenemos informaci n valiosa que nos sugiere la existencia de diferentes tipos de liderazgos. El siguiente gr fico cruza las valoraciones entre votantes en octubre de 2025, con una l nea de puntos que marca el lugar donde los electorados entre partidos valoran por igual a los ministros. Como antes, tenemos a O scar Puente como el ministro m s indiferenciado. El resto se mantiene en lo que llamamos asimetr a afectiva (mejor valorados por sus votantes), pero emergen diferencias interesantes. Valoraciones cruzadas ministros 2025 En el cuadrante inferior izquierdo tenemos a los ministros peor valorados por ambos espacios, y ah aparece claramente Grande-Marlaska. En el cuadrante inferior derecho tenemos a los ministros mejor valorados por el PSOE pero peor valorados por SUMAR, y ah est la ministra Margarita Robles. En el cuadrante superior izquierdo las cosas no est n tan claras, pero ah encontramos a los ministros mejor valorados por SUMAR y peor valorados por el PSOE, donde sobresale Yolanda D az. Finalmente, el cuadrante m s codiciado es el superior derecho, donde est n los ministros mejor valorados por ambos electorados, y ese lugar lo ocupa de manera destacad sima Pablo Bustinduy, simbolizando un caso excepcional de aceptaci n transversal. Conclusiones Como he dicho, la pr xima remodelaci n del Gobierno ofrece una oportunidad valiosa: reforzar el perfil pol tico del Ejecutivo. Si los nuevos nombramientos responden a criterios m s estrat gicos es decir, perfiles con capacidad de comunicaci n, visibilidad y liderazgo ideol gico el Gobierno podr a no s lo mantener la estabilidad institucional, sino tambi n movilizar a su base electoral y recuperar la iniciativa pol tica en la segunda mitad de la legislatura. El margen de mejora es amplio. La mayor a de los ministros, tanto del PSOE como de SUMAR, siguen siendo poco conocidos para buena parte del electorado. Aumentar su visibilidad y dotarles de una narrativa clara y diferenciada es esencial. En el caso de SUMAR, la prioridad pasa por consolidar un perfil propio y reconocible dentro del Gobierno, evitando la indistinci n que suele erosionar a los socios minoritarios en las coaliciones. Se ha avanzado en estos dos a os, pero hay much simo margen de mejora (sus ministros apenas son conocidos). Al mismo tiempo, conviene potenciar a los l deres con mayor capacidad de proyecci n, como Pablo Bustinduy, que destaca como el miembro del Ejecutivo mejor valorado por los votantes de ambos partidos. SUMAR, adem s, necesita llegar a las elecciones con mucho m s m sculo electoral, que es el nico camino para evitar un escenario de varias candidaturas de izquierdas -que podr a ser mortal para el Gobierno-. En definitiva, los datos no invitan al derrotismo, sino a la estrategia y acci n inteligente. El Gobierno conserva margen para recomponer su imagen p blica, mejorar la conexi n con la ciudadan a y relanzar su proyecto en un momento crucial para el futuro pol tico del pa s. La visibilidad sin narrativa conduce al de la visibilidad con prop sito puede, en cambio, relanzar la legislatura. Si se combinan liderazgo, comunicaci n eficaz y claridad estrat gica, con un programa capaz de conectar con las necesidades de la sociedad, a n es posible reactivar la confianza social y reabrir un ciclo pol tico favorable para las fuerzas progresistas antes de 2027.


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