Thursday 30 October 2025
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eldiario - 23 hours ago

La Justicia confirma la condena de dos años de cárcel impuesta al primer sacerdote expulsado de la Iglesia por pederastia

El Tribunal Superior de Justicia de Balears ratifica que Pere Barceló abusó sexualmente de una menor de edad cuando ésta tenía entre 6 y 7 años y acudía a catequesis. El acusado ya fue condenado a seis años de prisión por violar de forma reiterada a una monaguilla de 10 años La repentina muerte de un párroco le exime de castigo en dos casos de abusos a menores en Mallorca El Tribunal Superior de Justicia de Balears (TSJIB) ha confirmado la condena de dos a os y un d a de prisi n impuesta al exrector de la parroquina mallorquina de Can Picafort, Pere Barcel , por abusar sexualmente de una menor de edad cuando sta ten a entre 6 y 7 a os y acud a a catequesis. La Fiscal a reclamaba inicialmente diez a os de prisi n para el exp rroco, quien ya fue condenado en 2016 a seis a os de c rcel por violar a una monaguilla en m s de diez ocasiones. Se da la circunstancia de que Barcel se convirti en 2013 en el primer sacerdote expulsado de la Iglesia en Espa a por un caso de pederastia. La Sala de lo Civil y Penal ha ratificado la sentencia dictada por la Audiencia Provincial el pasado mes de julio, en la que, adem s de la pena de prisi n, se impuso al acusado la prohibici n de comunicarse o aproximarse a menos de 500 metros de la v ctima durante cinco a os y medio, y la obligaci n de indemnizarla con 15.000 euros. El tribunal ha desestimado as el recurso de apelaci n que interpuso el exp rroco en aras a aminorar la cantidad indemnizatoria. Los magistrados entienden que el procesado no proporciona argumentos convincentes para rebajarla. La resoluci n tambi n confirma la condena a la Di cesis de Mallorca como responsable civil subsidiario para el caso de que el exreligioso alegue insolvencia. Los magistrados aprecian que es perfectamente posible, dada la naturaleza de los hechos enjuiciados, que la Audiencia Provincial distinga y haya considerado probados los manoseos y tocamientos en la vagina de la v ctima que efectu el acusado y no de la introducci n de dedos, puesto que sta siempre ha mantenido intacto su relato en cuanto a los tocamientos, as como el lugar, tiempo y circunstancias concurrentes . De acuerdo con la resoluci n, lo nico tard o y no corroborado por otros elementos probatorios fue el acceso carnal, lo cual ha sido ponderado en beneficio del acusado y as aparece razonado en la sentencia de manera rigurosa, l gica y con sujeci n a las m ximas de experiencia . La tardanza en denunciar no pone en duda la credibilidad de la v ctima En relaci n a la tardanza de la menor en denunciar los hechos, la Sala apunta que el retraso en contar lo sucedido y denunciar no supone un factor de duda en la credibilidad de la v ctima de delitos sexuales , dado que, subraya, las especiales caracter sticas de stos, que favorecen la revictimizaci n al hacer m s victimas a la v ctimas , explican que pueda presentarse la denuncia con una elevada diferencia desde la fecha de ocurrencia de los hechos, sin que ello suponga una merma de la credibilidad . En la sentencia confirmada, la Audiencia considera que existe suficiente prueba de cargo para enervar la presunci n de inocencia del inculpado y asevera que la declaraci n de la v ctima goza de toda verosimilitud. Los hechos declarados probados -ocurridos entre 2007 y 2008- no ofrecen dudas en cuanto a su naturaleza inequ vocamente sexual, pues as se desprende de la propia acci n consistente en tocamientos por debajo de la ropa interior que el acusado realiz a la menor durante una clase de catequesis, reza la resoluci n. Tampoco existen dudas acerca la ausencia de consentimiento de la v ctima debido su corta edad, dado que ten a entonces entre seis y siete a os, ni de la posici n de superioridad en la que se encontraba el exrector de Can Picafort, localidad ubicada en el n cleo municipal de Santa Margalida. El p rroco aprovech que exist a una madera delante de la mesa que imped a que el resto de los ni os vieran lo que estaba pasando y las dimensiones de la sala para que los ni os estuvieran lejos de la mencionada mesa y as no pudieran percatarse de lo que suced a , relatan las magistradas, para determinar que la menor fue una v ctima especialmente vulnerable tanto por la edad como por la situaci n en la que sucedieron los hechos. Condenado a seis a os por violar a una monaguilla Cabe recordar que Barcel ya fue condenado en 2016 a seis a os de c rcel -sali de prisi n en agosto de 2023- por un delito continuado de agresi n sexual tras confesar haber abusado sexualmente y de forma reiterada, entre 1997 y 1998, de una monaguilla que entonces contaba con 10 a os de edad. La joven relat ante el tribunal su experiencia entre l grimas y, visiblemente afectada, record c mo en 1998 fue violada en m s de diez ocasiones mientras el procesado le tapaba la boca y la sujetaba fuertemente para que no pudiera moverse ni escapar. El sacerdote hab a sido destinado en junio de 1996 a ejercer su ministerio como p rroco de la Iglesia de l Assumpci de Maria. A principios de 1997 entabl relaci n con la v ctima al acudir sta a la catequesis de forma regular y realizar labores de monaguilla junto a otro grupo de menores. Ya en verano de 1997, el eclesi stico fue sorprendido cuando en el sof de la parroquia abusaba de la menor, momento en el que no fue denunciado. A principios de 1998 llev nuevamente a la monaguilla a su habitaci n, viol ndola hasta en diez ocasiones. El 27 de noviembre de 2012, la joven, ya mayor de edad, denunci los hechos ante la Guardia Civil de Santa Margalida: Lo solt porque ya no pod a m s , explic . Expulsi n de la Iglesia El Obispado de Mallorca, con Jes s Murgui al frente, impuls en noviembre de 2010 una investigaci n interna con el objetivo de esclarecer la conducta de Barcel , un procedimiento que culmin en marzo de 2011 con la suspensi n cautelar del cargo. La Iglesia, que indemniz a la v ctima antes del juicio, impuls un procedimiento can nico paralelo que concluy antes que la v a penal: el Tribunal Eclesi stico declar al presb tero culpable de abusos sexuales a menores, motivo por el que, el 18 de marzo de 2013, en una medida pionera en toda Espa a, lo expuls del ministerio sacerdotal, la mayor de las condenas expiatorias. La Di cesis aleg que la decisi n de la Iglesia respond a a la comisi n de grav simos delitos contra el sexto mandamiento del Dec logo de menores y apelaba al canon 1.395 del C digo de Derecho Can nico, que tipifica los delitos sobre abusos sexuales cometidos por un sacerdote y establece que el cl rigo que abuse de un menor debe ser castigado con penas justas, sin excluir la expulsi n del estado clerical cuando el caso lo requiera . Precisamente, el entonces Papa Benedicto XVI hab a proclamado tan s lo tres a os antes la tolerancia cero ante las pr cticas pederastas cometidas por religiosos. Hab is traicionado la confianza depositada y deb is responder ante Dios y los tribunales , lleg a sentenciar el pont fice que convirti la limpieza de la suciedad en uno de los principales prop sitos de su Papado. No en vano, una de las primeras iniciativas que adopt Joseph Ratzinger fue la de exigir al fundador de los Legionarios de Cristo, Marcial Maciel, que hab a sido investigado por presuntos abusos sexuales durante d cadas, que renunciara a todo ministerio p blico y llevara una vida de penitencia. En una d cada hasta 2016 , la Santa Sede recibi 6.000 denuncias por pederastia, como public en exclusiva eldiario.es, y expuls a un millar de sacerdotes. Un informe in dito tras d cadas de impunidad y silencio En Balears, los protagonizados por Barcel son los casos m s flagrantes de cuantos se han producido, pero no los nicos. El Defensor del Pueblo, en un informe publicado en 2023 tras d cadas de impunidad, opacidad y silencio, apuntaba a hasta un total de 18 localizaciones en las islas entre casas de acogida, parroquias, colegios, residencias y domicilios particulares en las que fueron notificados abusos sexuales en el mbito eclesi stico. El documento denunciaba c mo la Iglesia ha ocultado miles de casos de abusos y agresiones sexuales a menores, convirti ndose en el primer informe oficial e independiente que puso sobre la mesa las din micas de ocultaci n y encubrimiento de la Iglesia, al tiempo que reclamaba la creaci n de un fondo estatal para el pago de indemnizaciones a los perjudicados. Tambi n en Mallorca, el fallecimiento, el pasado mes de noviembre, del presb tero diocesano Guillem Feliu i Ramis debaja atr s las sombras que planeaban sobre este sacerdote natural del municipio de Llub , donde se quit la vida a los 64 a os. Sobre l pesaban dos denuncias por presuntos abusos a menores cuyo desenlace qued en agua de borrajas tras su muerte. Mientras tanto, en junio de 2024, otro sacerdote mallorqu n denunciado por un presunto caso de abusos sexuales reconoc a ante una juez que mantuvo relaciones sexuales con su v ctima, una mujer con discapacidad, defendiendo que fueron siempre consentidas y siendo ella adulta. La mujer interpuso una denuncia ante la Guardia Civil en 2023 en la que aseguraba que el hombre la viol de forma continuada a lo largo de d cadas desde que ella ten a 24 a os y el hombre, 50. Junto al sacerdote diocesano denunci a dos jesuitas.


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