Thursday 30 October 2025
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eldiario - 23 hours ago

To Junts or not to Junts

Junts ha decidido romper con el Gobierno porque sufre el mismo fenómeno que todos los partidos conservadores de Europa: la ultraderecha que linda con ellos les empieza a poner nerviososUn año de la dana: irresponsabilidad y encubrimiento Hay acuerdo general en que, al romper Junts con el Gobierno, le sucede algo al Gobierno. Pero pocos se han fijado en que Junts rompe con el Gobierno porque le sucede algo a Junts. El de Puigdemont es un partido peculiar. Unos d as tiene comportamientos propios del fen meno fandom, con los groupies jaleando a su l der carism tico cuando hace el rid culo. Irrumpi en Barcelona como una fantasmagor a para decir: Hoy he venido aqu para recordarles que a n estamos aqu . Y se fue. Y le aplaudieron. En cambio, otros d as se pueden analizar con racionalidad sus decisiones, como si fueran un partido anclado al mundo real. Desde esta l gica pol tica, Junts ha decidido romper con el Gobierno, porque sufre el mismo fen meno que todos los partidos conservadores de Europa: la ultraderecha que linda con ellos les empieza a poner nerviosos. Qu fen menos subterr neos no estar n ocurriendo en toda Espa a cuando, al mismo tiempo, Vox condiciona la estrategia del PP, y Alian a Catalana, la de Junts. Muchos votantes han empezado a mirar a AC como un partido en alza. Y ojo, porque tambi n lo hacen cuadros de Junts, que han empezado a fugarse hacia su derecha. Se baraja que AC podr a presentar candidatura local hasta en 300 municipios catalanes. Aqu es donde se escinde la cosa. Los que quieren que Junts sea un partido real barajan opinan que AC tiene m s cuerpo. Los que siguen en Junts por las endorfinas que se liberan siendo groupie, aceptan con normalidad vivir entregados a resolver el tema penal de una sola persona. No pocos alcaldes se han rebelado: no se les percibe suficientemente de derechas si siguen votando con un Gobierno que se llama progresista, ergo les perjudica. Han ido a ver a Carles Puigdemont y l ha alumbrado este engendro tan suyo: rompo pero me quedo , que rima con me independizo pero no me voy . C mo no va a tener fans este arte? Si Vox acusa por nada al PP de pactar con el PSOE, imagino c mo se llena de raz n Silvia Orriols cuando acusa a Junts de lo mismo. Urge poner distancia con la izquierda, y eso significa echarse a la derecha. Le est sucediendo a Junts estos d as: los groupies se conjuran para que su l der vuelva a los pol ticos quieren no irse a casa ellos. Otro fen meno de fondo conecta a Puigdemont con la pol tica muy espa ola y mucho espa ola. Lo veremos hoy en su m xima expresi n, como hace un a o, en Valencia. Me refiero a la irresponsabilidad pol tica absoluta pavimentada con rostro de cemento armado. Cuando S lvia Orriols aboga por romper con Madrid y declarar la independencia unilateral pone a Junts en evidencia. Puigdemont se ausent en el momento m s importante de su vida pol tica. Ocho a os despu s, nadie en Junts ha explicado por qu el proc s fracas y en qu se equivocaron al arrastrar a la sociedad catalana a la demencia y la divisi n. Explicarlo significar a asumir responsabilidades pol ticas de aquel fracaso y, s , Puigdemont tendr a que marcharse a casa de una vez. Como no ha abordado esos errores, S lvia Orriols tiene el campo libre para tacharlos de traidores a la causa (m s o menos como ellos hicieron con ERC mucho tiempo). Hoy veremos la irrresponsabilidad pol tica de Maz n en la misma frecuencia de onda: tambi n se ausent en el momento m s importante de su vida pol tica. No es que no haya explicado d nde estuvo, es que no puede explicar su incuria. Ni siquiera lo intenta, porque -este con 229 muertos a sus espaldas, que no es una diferencia menor- no hay nada que justifique que un gobernante no est preocup ndose de que sus ciudadanos no se ahoguen en medio del fen meno meteorol gico m s extremo del siglo en su comunidad. El proc s no mat a nadie, pero indujo a Catalu a a una d cada de estancamiento. Mientras no asuma alguien ese error, los pol ticos y los groupies de Junts se sentir n a la vez atra dos y repelidos por el fen meno Orriols. Al fin y al cabo es la misma inflamaci n nacionalista de odio al diferente y complejo de superioridad. Solo un poco m s grande.


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