Monday 13 October 2025
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abc - 4 hours ago

Susana Uribarri : «Mi compañero de vida está por llegar»

En esta sección hemos podido comprobar que Susana Uribarri es una mujer resolutiva: si por un imprevisto se anula la entrevista, nos ofrece un nombre como alter que se acerca el cierre y no hemos cerrado otra fecha, se presta a atendernos un sábado, porque ella no descansa: «Vivo pegada al móvil, no puedo desconectar». Tiene una de las agendas más valiosas de nuestro show business y sus representados le exigen estar al pie del cañón 24/7, pero ha aceptado un nuevo reto profesional y ha debutado como colaboradora con Sonsoles Ónega : «Han estado dos años insistiendo y ya no podía negarme. Estoy encantada, aunque los primeros días me preocupaba enfrentarme al directo, no sabía si sería capaz de hablar con naturalidad. Pero cada vez me siento más segura, más cómoda. Adoro a Sonsoles, me gustan los temas que se tratan y el equipo es maravilloso». Ahora, los espectadores le ponen cara a un nombre unido a celebrities como Ana Obregón, Tamara Falcó o Bertín Osborne, una figura a la que algunos conceden un gran poder en la sombra para crear las grandes exclusivas del salseo nacional: «El único poder que tengo es que, después de 30 años, conozco a todo el mundo. Y todos conocen mi trabajo. Si tengo una idea, nunca me salto la cadena de mando, no soy de ir a los despachos a hablar con los directivos, empiezo desde abajo». Ella convenció a Georgina Rodríguez para disfrazarse en Mask Singer . Y no paró hasta que Ana Obregón aceptó dar las campanadas en TVE: «No solo la represento, es una de mis mejores amigas. Me dolía verla en ese pozo del que no quería salir, destrozada tras la muerte de Aless. Me emocionó verla en pantalla, mirando al cielo. Para ella fue sanador». Susana, que comenzó con Julio Iglesias, no trabaja con cualquiera: «Apuesto por gente con futuro, gente en la que creo. Y por mucho dinero que deje de ganar, no llevo a nadie que no respete». A todos les da el mismo consejo: « Que se lean bien los contratos, en la letra pequeña hay muchos detalles importantes . Yo no quiero ser la única responsable, son ellos los que firman». Y, por muy estrecha que sea la relación, «diferencio entre amistad y trabajo. Si digo que algo no se hace, deben respetar mi decisión.» Es experta en gestionar crisis: «En cualquier escándalo, nunca se debe actuar en caliente. Lo primero, pisar el freno, reflexionar, hacer las cosas bien». Susana se describe como «una mujer muy luchadora. Nada me detiene, y eso que esta profesión es una carrera de obstáculos.» Ahora cree que ha llegado el momento de parar un poco: «Me siento orgullosa porque se me ha reconocido el trabajo, pero he vivido para los demás todo este tiempo. Es hora de dedicar por lo menos el 20% para mis momentos, para tomarme la vida más relajada, quitarme estrés. Ahora busco tiempo para hacer escapadas, me encanta viajar. Aunque mientras lleve teléfono no encontraré la paz». Si hay algo que no soporta es que la molesten cuando está fuera: «Aviso que me voy unos días para que solo me contacten para emergencias. Y nada, siempre hay alguien que llama por cualquier tontería. Me saca de quicio. Parece que les molesta que me vaya ». «Soy creyente, aunque no soy practicante sí creo en Dios, y le doy gracias por haberme dado la hija que tengo. Ser madre es lo mejor que he hecho en mi vida», confiesa sin disimular el orgullo que siente por su Carlota: «Es cariñosa, generosa, educada, responsable.» Para Susana, la maternidad ha sido «una experiencia maravillosa. Yo no vería la vida igual si no hubiera sido madre. De hecho, ya puedo decir que me puedo morir en paz… Aunque espero que tarde mucho ese momento». El amor ocupa un lugar destacado «porque soy demasiado romántica y me creo los cuentos de príncipes azules. Todos los hombres que he tenido han sido importantes, los he querido mucho. Nunca he sido de tener aventuras, para eso no me tiro al barro. Lo tengo que ver claro, sentir que me aporta. Pero mi compañero de vida está por llegar». Y el que venga debe responder a sus exigencias: «Me gusta que sea divertido, que me haga reír. Que sea educado, que sepa comportarse. Que le pueda admirar, quiero alguien que haga algo en lo que demuestre su valía . Y que sea cariñoso». Pero Susana es consciente de que, para que llegue el amor, debe poner de su parte: «Voy por la vida con los ojos cerrados, no voy con predisposición a conocer a nadie, así que si no lo encuentro es por mi culpa». El emoji que más usa: «La carita con el beso y el dedo de OK». Se haría un selfie con: «Me hubiera gustado con Lady Di. La amaba, incluso sufría cuando ella sufría». Un sacrificio por la fama: «No haberme ocupado como quería de la infancia de mi hija. Si volviera a nacer no lo repetiría: me he perdido momentos mágicos». Un momento tierra, trágame : «Hablar de alguien en un avión y ver que, sentado detrás, hay alguien vinculado a esa persona». Algo que no puede faltar en su día a día: «Dos litros de agua mineral. Siempre tengo una botella. No bebo del grifo. Es algo que se me quedó de mis seis años en Miami con Julio Iglesias». Un propósito que nunca cumple: «Hacer deporte. Debería, por mi espalda, pero no lo consigo». Su primer beso: «Sentí un poco de vergüenza, no sabía si lo estaba haciendo bien». Un lugar para perderse: «Me vale cualquier sitio al borde del mar, desde Cádiz a Bali». Tiene miedo a: «A la muerte. Soy una hipocondríaca». Dentro de 10 años se ve: «Jubilada, viajando, con mi base en Marbella, que tiene un microclima que me va bien por mi salud. Para entonces me gustaría haber cumplido mi sueño de dirigir un programa de televisión». La pequeña Susana: «Muy adelantada para mi edad. Muy inquieta, con ganas de hacerme mayor, de empezar a trabajar pronto, de independizarme. Era muy sociable, con muchas amiguitas. De carácter alegre, con ganas de abrirme a la gente, de querer vivir y conocer mundo. Echo de menos a mi padre (el mítico José Luis Uribarri, al que todos asociamos con Eurovisión), porque teníamos una relación muy especial. Eres la novia de papá me decía, porque yo era su ojito derecho y estaba muy pegada a él, quería acompañarle a todas partes».


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