abc - 2 days ago

Hablar mal de la pareja en público puede parecer una broma inofensiva, pero para Javier García, psicólogo sevillano, es un gesto que puede erosionar la confianza y dañar la relación. Tras más de 12 años de matrimonio , el experto asegura que una regla fundamental ha guiado su vida personal: «Nunca hablamos mal el uno del otro delante de otras personas». Una de las máximas que Javier aplica en su vida y en su trabajo con parejas es la frase «Coach in private. Clap in public» (corrige en privado, aplaude en público). Esta regla, que aprendió en un manual de terapia, le ha servido para reforzar el respeto mutuo en su relación y evitar que los conflictos diarios se conviertan en humillaciones públicas. Advierte que cuando una persona critica a su pareja delante de otros, aunque sea en broma , se está generando un daño que no siempre se percibe de inmediato. El psicólogo insiste en que este tipo de actitudes no solo afectan la autoestima de la pareja , sino que también pueden repercutir en la dinámica de toda la relación. «Cuando se aprovecha cualquier situación para ridiculizar a la pareja, se pierde un espacio seguro donde ambos se sienten apoyados. Las bromas constantes sobre defectos o errores no enseñan nada, solo generan resentimiento y distancia emocional», subraya. El psicólogo explica que muchas personas utilizan la crítica pública como una vía de desahogo o como un intento de que la pareja aprenda la lección . Sin embargo, este enfoque es contraproducente. «Quejarse con amigos o familiares de los defectos de tu pareja no resuelve los problemas , y mucho menos si tu pareja está presente. Solo se refuerza un patrón de desconfianza y resentimiento», indica. Además, el psicólogo señala que el daño psicológico no siempre es evidente de inmediato. La pareja puede sentir vergüenza, humillación o incomodidad que se acumula con el tiempo, afectando la comunicación y la intimidad. En lo personal, este psicólogo sevillano asegura que él y su esposa han mantenido una regla fundamental durante los 12 años que llevan juntos: no hablar mal del otro en público. «No fue un acuerdo formal, simplemente surgió de manera natural. Nunca hemos permitido menosprecios, bromas pasivo-agresivas ni pullitas delante de terceros. Para nosotros no tiene gracia, y creo que es un principio que toda pareja debería considerar», comenta. Mantener esta regla ha contribuido a crear un entorno de respeto y seguridad emocional donde ambos se sienten valorados. Javier García asegura que una relación sana debe basarse en la protección mutua y el apoyo constante, y que pequeños gestos, como evitar críticas públicas, pueden marcar la diferencia a largo plazo.

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