Thursday 30 October 2025
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eldiario - 13 hours ago

Una jueza de Gijón autoriza a la Policía a buscar pistas de Mari Trini y su hija Beatriz en una balsa de una bocamina

Ana López Pandiella considera que es lógico sospechar que en el interior de alguno de los vehículos enterrados en el fondo de la balsa, sita en la bocamina de Berbes (Ribadesella), pudieran encontrarse pruebas acerca de lo ocurrido a las mujeres desaparecidas hace 38 años y pide la colaboración de otros organismos para ayudar en las labores policiales¿Dónde están Mari Trini y Beatriz?: reabren 38 años después en Gijón el caso de la desaparición de una mujer maltratada y su hija La b squeda de la asturiana Mari Trinidad Suard az y de su hija Beatriz no se suspender , aunque su caso de desaparici n haya prescrito, al haberse perdido su rastro hace ya 38 a os. La magistrada-jueza Ana L pez Pandiella, titular del Juzgado de Instrucci n n mero 4 de Gij n, ha acordado, a trav s de un auto, que sigan adelante las diligencias de investigaci n y ha autorizado a la Direcci n Adjunta Operativa de la Polic a Nacional a buscar alguna pista en la balsa de la bocamina de Berbes, en el concejo asturiano de Ribadesella. En el fondo de esta balsa se han localizado dos veh culos que pertenec an al marido y padre de las desaparecidas y que, seg n los testimonios de los vecinos, arroj desde un barranco. Alojada con las Hermanas Adoratrices A pesar de que han transcurrido ya casi cuatro d cadas, la Unidad Central de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) de la Brigada de Polic a Judicial del Cuerpo Nacional de Polic a de Gij n nunca cerr el caso y no cej en su empe o para localizarlas. El ltimo domicilio conocido de Mari Trini era el de las Hermanas Adoratrices de Gij n, que ella y su hija habr an abandonado entre el 26 de junio y el 15 de julio de 1987, sin que quedara registro del mismo en los archivos de la instituci n. La citaci n al juicio contra su marido Mari Trini ten a 23 a os y su hija apenas 13 meses cuando fueron vistas por ltima vez ese 15 de julio de 1987. Ese d a, la mujer se hab a trasladado a Le n junto a su marido Antonio Mar a Da Silva, apodado El Portugu s . El matrimonio acud a a la Audiencia Provincial de Le n para recoger personalmente la citaci n para su asistencia a un juicio programado para el 15 de septiembre -apenas dos meses despu s- por una denuncia interpuesta contra l por los delitos de detenci n ilegal y amenazas hacia su esposa y al que no se presentaron finalmente ninguno de los dos. La Audiencia Provincial de Le n decret la detenci n e ingreso en prisi n de El Portugu s , pero no se logr localizarlo hasta el a o 1989. El matrimonio residió en la localidad leonesa de Matadeón de los Oteros. Antes de irse a vivir con las Hermanas Adoratrices, Mari Trini hab a residido en una vivienda propiedad de su marido ubicada en la localidad leonesa de Matade n de los Oteros. Obras en el s tano bajo la casa Los vecinos aseguraron a la Polic a que el marido realizaba frecuentes obras en el s tano bajo la casa, donde al parecer hab a una una vivienda que, tras el abandono por parte de su due o, fue derribada en el a o 1999 por el Ayuntamiento de esa localidad. En la actualidad es un solar sin urbanizar. La misteriosa desaparici n de Mari Trini y Beatriz se relacion desde un principio con la actitud del marido y padre de las desaparecidas, Antonio Da Silva, quien levant las sospechas policiales porque desde un principio se encerr en un mutismo sobre su posible paradero y no ofreci explicaciones. Una falta de colaboraci n con la justicia que solo aumentaba los recelos sobre su comportamiento. La excavaci n en el solar Carlos Suard az, hermano de Mari Trinidad, present en 2001 en la Comisar a del Cuerpo Nacional de Polic a de Gij n una denuncia ante la falta de noticias de sus familiares. E l era el nico familiar directo de Mari Trini y muri en 2017 sin saber qu hab a pasado con ella y con su sobrina. En noviembre de 2017, se llevaron a cabo trabajos de excavaci n en el solar en donde estaba ubicada la vivienda de Antonio Mar a da Silva, en Matade n de los Oteros, donde se hallaron vestigios del paso por el lugar de Mar a Trinidad y su hija, pero no del destino de las mismas . Dos veh culos arrojados a la balsa Los agentes del Grupo UDEV de la Polic a Judicial continuaron de forma discreta las investigaciones buscando alg n hilo del que tirar. Y lo encontraron, entre otras pruebas, a trav s de los testimonios de algunos vecinos que sosten an que Antonio Da Silva hab a arrojado dos coches de su propiedad a la balsa de una bocamina en Berbes (Ribadesella), localidad de la costa asturiana donde el matrimonio hab a residido. Los agentes intentarán encontrar pistas en los dos vehículos arrojados a la balsa de la bocamina en Berbes (Ribadesella). El grupo UDEV contact con el juzgado y present las conclusiones de su investigaci n en el juzgado. El pasado 11 de abril, el juzgado acord continuar con estas diligencias al considerar que de todo lo actuado es l gico sospechar que en el interior de alguno de los veh culos hallados enterrados en el fondo de la balsa sita en la bocamina de la localidad de Berbes pudieran encontrarse pruebas acerca de lo ocurrido a las mujeres desaparecidas, apuntando la imposibilidad de continuar con las gestiones judicialmente acordadas por carencia de medios necesarios para continuar con los trabajos , seg n un auto al que ha tenido acceso elDiario.es Asturias. La búsqueda se extendió no solo a España, sino también a Suiza, Francia y Portugal, sin que tampoco pudieran ser localizadas madre e hija La b squeda internacional En el auto, dictado ayer mismo, d a 28 de octubre, la magistrada-jueza expone que la b squeda se extendi no solo a Espa a, sino tambi n a Suiza, Francia y Portugal, sin que tampoco pudieran ser localizadas. Las averiguaciones posteriores condujeron la investigaci n policial hacia Asturias, donde la familia tambi n hab a residido en la localidad de Berbes (Ribadesella). Los registros domiciliarios Hasta este pueblo se desplazaron los funcionarios del Grupo UDEV de la Polic a Judicial de Gij n, quienes en conversaciones con un vecino averiguaron que Antonio Mar a da Silva se habr a deshecho de alg n veh culo de su propiedad arroj ndolo a la balsa de una explotaci n minera de espato fl or situada en esta localidad. Adem s, los investigadores tuvieron constancia por la documentaci n intervenida en los registros de las viviendas en Berbes que Antonio pose a al menos dos veh culos: un Volkswagen y un Peugeot 304 blanco. Restos de pintura blanca Al comprobarse, de forma fehaciente, a trav s de los buceadores del Grupo Especial de Operaciones (GEO) de la Polic a Nacional, que ambos turismos est n en el fondo de la balsa, el siguiente paso que ten an que dar los miembros del grupo UDEV era dirigirse al juzgado para que autorizara la continuaci n de estas investigaciones, pero apoyada con ayuda externa, dada la limitaci n de medios. A todo ello se sumaba el hecho de que en las piezas met licas extra das de uno de los veh culos se ha podido apreciar la existencia de peque os restos de pintura blanca, indicios todos ellos que la magistrada-jueza considera que apuntan a la l nea de investigaci n hasta ahora mantenida y que refuerzan la necesidad de continuar con las gestiones en su momento ordenadas judicialmente . La magistrada-jueza ordena que se dispongan los medios necesarios para continuar con los trabajos en la balsa de la bocamina de Berbes, recabando la colaboración de cuantas entidades y organismos se estimen precisos, en aras a realizar la búsqueda de restos humanos o cualesquiera otros que pudieran corresponder con las personas desaparecidas Los indicios Ana L pez Pandiella ordena, por tanto, que por parte de la Direcci n Adjunta Operativa se dispongan los medios necesarios para continuar con los trabajos, en aras a realizar la b squeda de restos humanos o cualesquiera otros que pudieran corresponder con las personas desaparecidas , se ala. La magistrada-jueza ha acordado en este auto que por parte de la Direcci n Adjunta Operativa se dispongan los medios necesarios para continuar con los trabajos en la balsa de la bocamina de Berbes, recabando la colaboraci n de cuantas entidades y organismos se estimen precisos, en aras a realizar la b squeda de restos humanos o cualesquiera otros que pudieran corresponder con las personas desaparecidas, labores de cuya organizaci n y supervisi n estar an encargados los funcionarios de la UDEV de la Brigada de Polic a Judicial de Gij n . El auto judicial no es firme y contra el mismo cabe interponer un recurso de reforma y subsidiario de apelaci n ante el mismo juzgado en el plazo de tres d as o un recurso de apelaci n directo dentro de los cinco d as siguientes a su notificaci n.


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