Sunday 19 October 2025
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eldiario - 15 hours ago

Ultraderecha, machismo y las víctimas del presente

Los grandes perdedores de nuestro tiempo no son los antiguos obreros industriales, sino los jóvenes. ¿Cómo no sentir nostalgia por un pasado que no conocieron? ¿Cómo no creer que el mundo de antes, con su supuesto orden, su supuesta prosperidad, su machismo, su racismo y demás, es el Edén perdido? Lo del huevo o la gallina es una falsa paradoja: lo primero fue obviamente el huevo, el veh culo por el que ciertos dinosaurios evolucionaron hasta convertirse en aves. Resulta m s complicado dilucidar por qu tantos j venes de entre 16 y 24 a os simpatizan con Vox y con algo que podr amos llamar neomachismo. Recelan del feminismo porque son de ultraderecha? Son de ultraderecha porque en ese mbito encuentran un eco favorable a sus sentimientos de victimizaci n? Parece probable que todo vaya dentro de un mismo paquete, porque vivimos una era dominada por el resentimiento y la nostalgia. Como siempre, el fen meno protagonizado por Donald Trump ofrece unas cuantas respuestas. El mismo lema del movimiento trumpista, Make America Great Again (MAGA) propone rebuscar en un pasado supuestamente brillante. Qui n puede sentirse m s atra do por esa enso aci n del pasado? L gicamente, quien se siente m s perjudicado por el presente. A veces se simplifica el trumpismo, y en general los movimientos de ultraderecha, como un fen meno protagonizado por hombres blancos de cierta edad y escasa capacitaci n profesional que han salido perdedores en todas las batallas de las ltimas d cadas: creen ser v ctimas (en algunos casos con cierta raz n) de la globalizaci n econ mica y la desindustrializaci n occidental, de la competencia laboral con los inmigrantes y de las cuotas reservadas (para propiciar una mayor igualdad) a mujeres y personas de otras razas. Como consecuencia, cultivan el resentimiento y el nimo de venganza. Pero eso es s lo una parte de la cuesti n. Cabe recordar que uno de los libros m s vendidos en Espa a en 1975, el a o en que muri Francisco Franco, fue El var n domado , de Esther Vilar. En l se afirmaba que era la mujer quien oprim a al hombre, y era la mujer quien hab a creado un sistema aparentemente patriarcal con el objetivo de conseguir una situaci n de privilegio y bienestar. En los a os 80 abundaron los libros y art culos period sticos en los que se subrayaban la creciente infelicidad de las mujeres que ascend an profesionalmente y la peligrosa baja en la tasa de natalidad por la destrucci n de la familia (de la que, por supuesto, era culpable el feminismo). Desde que en esa misma d cada, la de Ronald Reagan y Margaret Thatcher, surgi la nueva derecha , el feminismo ha sido sometido a una cr tica permanente. La idea de que el feminismo ha ido demasiado lejos es casi tan antigua como el propio feminismo. Y, como resulta obvio, permanece vigente en determinados mbitos. Quiz la juventud, con su verbena hormonal y su b squeda de identidad y lugar social, sea especialmente propicia para la a oranza de aquellos privilegios masculinos que fueron perdiendo los padres y los abuelos. No lo s , ni me parece que la edad sea en este caso algo esencial. Lo m s importante, creo, es la extinci n del futuro como est mulo para el presente. Los grandes perdedores de nuestro tiempo no son los antiguos obreros industriales, sino los j venes. Se les dice que no podr n acceder a una vivienda ni a un empleo estable. Se les traspasa un planeta en pleno cambio clim tico. Se les somete, a trav s del universo digital, al m s atroz vendaval de informaci n y desinformaci n que ha conocido la historia humana. C mo no sentir nostalgia por un pasado que no conocieron? C mo no creer que el mundo de antes, con su supuesto orden, su supuesta prosperidad, su machismo, su racismo y dem s, es el Ed n perdido?


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