Tuesday 11 November 2025
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eldiario - 6 days ago

Ni pobre ni casta ni obediente, Rosalía se quita el hábito del mainstream en ‘Lux’

El nuevo álbum de la artista rompe moldes convertido en un ejercicio de reflexión, de pena, de celebración, de euforia y profunda tr cargado de espiritualidad, piano, violines y lirismoEl nuevo álbum de Rosalía, ‘Lux’, se filtra completo a dos días de su publicación Pero mi coraz n nunca ha sido m o, yo siempre lo doy , canta Rosal a en Reliquia, uno de los temas que componen Lux, su nuevo disco, que saldr oficialmente a la luz el pr ximo viernes. No miente la cantante, ya que en este lbum, m s que nunca, ofrece incondicionalmente una parte de ella misma. De su coraz n, de su talento, de su alma, de su voz, de su pena, de su mala hostia , de su pudor. Rosal a se ha entregado en un lbum que, pese a incorporar hasta trece lenguas en sus letras, pasa por encima del idioma del mainstream. Ninguna canci n encajar a en la radiof rmula, el disco funciona como una pera que frena, que no invita a llevarla de fondo en los cascos mientras caminas a trabajar o friegas los platos. Tampoco a bailarla en las discotecas. Invita a que te sientes a escucharlo, a interiorizarlo, a sentirlo. Con sus violines, con sus historias, sus vientos, sus percusiones, su imponente piano, su lirismo. Claro que Rosal a no est inventando la m sica, ni le hace falta ni era su ob pero s que ha desplegado recursos, lenguas, notas y una sensibilidad de las que marcan antes y despu s. Lux es una banda sonora, nica. La llegada del disco ha sido accidentada, s , filtrado por completo a dos d as de su publicaci n. Un disco que los medios espa oles escuchamos este lunes y que, pese a que ten amos prohibido hablar sobre l hasta el momento de su lanzamiento, su discogr fica, Sony, ha decidido levantar el embargo este mi rcoles. Lux llega acompa ado de otro dilema, o contradicci n. El disco est empapado de espiritualidad, de principio a fin. Hay continuas referencias la religi n, al cristianismo, a diversas santas, y la propia portada hace referencia a l. Rosal a posa vestida de monja, lleva el h bito sobre su cabeza, ladeada. Seguramente ser a raro que apareciera con un hiyab o que apelara a otras religiones del mundo, porque no son la suya y no ser a la primera vecrz que se le tacha por apropiaci n cultural , pero lo cierto es que, inevitablemente, la mayor artista espa ola actual, y una de las m s importantes a nivel internacional, est perpetuando la imaginer a cristiana en su nuevo trabajo discogr fico. La catalana se enmarca dentro de una corriente reciente, visible en otras figuras como Silo , Rigoberta Bandini e I igo Qu que han reivindicado la religi n cat lica en sus composiciones, perpetuando que la semi tica cristiana prolifere en la m sica pop actual. En Lux est n presentes s mbolos como la cruz o las reliquias, sin que Rosal a termine de dejar claro si quer a subvertir nada como hicieron Madonna o Lady Gaga, abriendo inevitablemente una puerta al debate en torno a un protagonismo evidente. window.marfeel.cmd.push([ multimedia , function(multimedia) { multimedia.initializeItem( yt-htQBS2Ikz6c-6760 , youtube , htQBS2Ikz6c , document.getElementById( yt-htQBS2Ikz6c-6760 )); }]); Las canciones buscan trascender igualmente, ya que la escucha funciona como asistir a la misa de quiz s incluso otra religi n en la que Rosal a se viste de monja, pero no reparte el cuerpo y la sangre de Cristo. No adoctrina, comparte. Lidera lo que transmite a trav s de sus cuerdas vocales, pero en Lux consigue que la conexi n con sus melod as y letras sea profundamente ntima. El grupo de periodistas que pudimos escuchar el disco el lunes lo hicimos sentados en una sala, cuaderno en mano, tomando notas y gestionando c mo dejarnos o no llevar por la nueva propuesta de la cantante. La escucha compartida fue en cierto modo un regalo, pero tambi n gener pudor, porque Lux cala en cada poro, contagia, llena, asusta tambi n, y sobre todo llega de frente, como si te mirara fijamente a los ojos sin dejarte pesta ear. Es imposible que nada se remueva al escucharlo, porque Lux se escucha, pero sobre todo se siente. No soy una santa pero estoy blessed En Lux hay mucha m sica cl sica, mucha orquesta, que la verdad ojal presentara en una gira por Iglesias para aprovechar la maravillosa ac stica de estos templos. El disco arranca con la mel dica Sexo, violencia y llantas, en la que se sustenta todo lo que se ir desarrollando despu s, Rosal a desplegando su virtuosismo vocal m s que nunca, los violines, los tintes de electr nica, y los coros que terminan de inundarlo todo de pica. Le sigue Reliquia, en la que la cantante habla de todo lo que ha perdido en ciudades repartidas por el tiempo en LA , los heels (tacones) en Mil n , la sonrisa en UK , hasta culminar con un: No soy una santa, pero estoy blessed (bendecida) . Durante las 18 canciones que componen Lux, Rosal a parece relatar su propio viaje, su vida, con sentimientos a flor de piel, que recogen etapas, amores, desamores, encuentros y desencuentros, empezando por ella misma. Es un ejercicio de reflexi n, de pena, de celebraci n, de euforia y profunda tr que puede que por ello emane tanta espiritualidad, s , pero sobre todo humanidad. La humanidad de quien se reconoce vulnerable, hace lo posible por recomponerse, por transitar su vulnerabilidad, por reconocerse en tantos estados de nimo, en tantas caras, l grimas, sonrisas y reflexiones, m s o menos intrusivas, invasivas, puras, sinceras y tambi n bonitas. Puede que la bandera de la ilusi n y del dejarse sentir no sea la que portemos cada d a cuando salimos de casa, y que quiz s la asociemos a jornadas soleadas o la ausencia de problemas si es que esta existe , pero lo cierto es que cuando la dejamos florecer, todo, irremdiablemente, mejora. Porque es de verdad. Rosal a se ha dejado doler y recuperar, y por eso Lux es generoso, porque invita a acompa arla a ello en su escucha. Y sin perder la mala baba e iron a que ya hab a presentado en lbumes anteriores, y que encuentran en Novia Robot su cl max. Tema que, junto a Jeanne y Focu ranni, de momento solo podr n escucharse en la versi n en f sico del lbum. Rosalía, en la portada de su nuevo álbum Lux Bienvenidas a roboticas con K . Un mundo de fantas a rob tica femenina hecha para placer del sexo opuesto. Un aut ntico robo de identidad, libertad y poder a mano armada donde todas somos invitadas. Y quien dice invitadas, dice obligadas, forzadas, rehenes, prisioneras. Con cualquiera de tus compras tienes una garant a porque nuestra p liza siempre es para quedar bien, y hacerte feliz tenga el coste que tenga , canta reza Rosal a. La perla , el dardo hecho canci n Shakira consigui que su autobiogr fica sesi n con Bizarrap, en la que lanz pullas a su exmarido, el exfutbolista Gerard Piqu , fuera una de las canciones que m s dio que hablar en 2023. Ella no fue la primera en cantar al despecho Ese hombre de Roc o Jurado o Rata de dos patas de Paquita la del Barrio dan fe de ello , pero a la engrosada lista suma ahora Rosal a La perla (en referencia a su expareja el tambi n cantante Raw Alejandro), vertiendo en una mezcla entre vals y ranchera comentarios como medalla ol mpica de oro al m s cabr n , red flag andante y bala perdida . El primer lanzamiento del disco, Berghain, puso sobre la mesa que Lux no iba a dejar indiferente, y que tampoco ser a una excepci n dentro del concepto del lbum. La fuerza de sus violines, el canto l rico de Rosal a, cierta melancol a y hasta la incorporaci n de voces como en este caso Bj rk (a la que se unen otras como Estrella Morente, Silvia P rez Cruz y Yahritza Y Su Esencia) forman parte del ADN de cada tema. Ya sean la visceral Yugular o la precios sima Sauvignon blanc, un canto a la reconciliaci n con una misma: Ya no tengo miedo al pasado, est en el fondo de mi copa de sauvignon blanc . La cuasi epifan a de Lux culmina con Magnolias, en las que Rosal a se despide como si estuviera asistiendo a su propio entierro o funeral, con ella desde el ata d, pidiendo que le tiren las magnolias que le da t tulo. Una canci n grandilocuente, con poso, peso y desaz n. Es el adi s del lbum que, al acabar, invita a quedarse un rato con los ojos cerrados, dejando el coraz n latir al ritmo que se vea capaz, removido y sereno a la vez, euf rico y hasta cansado, en paz.


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