Friday 14 November 2025
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eldiario - 9 days ago

Cáritas advierte de que “el alquiler se ha convertido en una trampa de pobreza”

La agrupación explica en su último informe que afecta a la clase media, las mujeres y los migrantes: “Vivimos en una sociedad ecológicamente vulnerable, anímicamente desasosegada y desgarrada Madrid “partida en dos” por la pobreza: un informe la sitúa como una ciudad con mayor riqueza pero también desigualdad Este informe nos sit a ante una encrucijada. Podemos seguir por el camino actual, el del individualismo, la desigualdad y la insostenibilidad, que nos lleva a una sociedad del miedo. O podemos elegir un cambio de rumbo valiente, construir un nuevo imaginario social basado en el cuidado mutuo, la justicia y la responsabilidad compartida . C ritas Espa ola present este mediod a su IX Informe FOESSA, con una llamada de atenci n ante un proceso in dito de fragmentaci n social que est viviendo Espa a y que, por primera vez, est amenazando seriamente a la clase media, seg n explican. As , la entidad cat lica advirti c mo tras dos d cadas de crisis encadenadas, las fases de recuperaci n no han cerrado la brecha y han llevado a Espa a a contar con una de las tasas de desigualdad m s altas de Europa . Seg n el informe, realizado por un equipo de 140 investigadores procedentes de universidades, centros de investigaci n, fundaciones y Tercer Sector, la integraci n social se erosiona y la exclusi n grave permanece muy por encima de los niveles de 2007. As , En 2024, la exclusi n severa se sit a un 52% por encima de 2007, afectando a 4,3 millones de personas. Un tercio de ellos son ni os. Estamos ante un momento hist rico de profunda complejidad , subray la secretaria general de C ritas, Natalia Peiro, quien incidi en un fallo sist mico que provoca que tres de cada cuatro hogares vivan en situaci n de exclusi n, ajustando gastos, buscando empleo, y top ndose con barreras estructurales . El informe demuestra que no fallan las personas, falla el sistema , a adi Ra l Flores, coordinador del mismo. La desigualdad es lo que genera pobreza . La conclusi n es un golpe a nuestra promesa de igualdad de oportunidades. La exclusi n social se hereda, y es necesario actuar para compensar las desigualdades de origen porque el c digo postal y la mochila familiar pesan m s que la capacidad y que el esfuerzo , indic Flores. La vivienda, un derecho fake Entre los principales factores de exclusi n est n la vivienda y el empleo. As , uno de cada cuatro hogares no puede considerarse digno y el 45% de la poblaci n que vive en r gimen de alquiler se encuentra en riesgo de pobreza y exclusi n social, la cifra m s alta de la UE. El alquiler se ha convertido en una trampa de pobreza , constata C ritas. La vivienda es un derecho , subray el responsable del informe. Pese a la mejora de los datos del empleo, FOESSA insiste en que la precariedad laboral se ha convertido en la nueva normalidad, afectando a casi la mitad (47,5%) de la poblaci n activa . Una situaci n que afecta a 11,5 millones de personas atrapadas en diversas formas de inseguridad laboral. De hecho, m s de un tercio de la poblaci n excluida moderada o severa trabaja. Presentación del informe FOESSA Junto a estos dos factores, se suman otros cuatro, que ejercen como multiplicadores de la desigualdad: la educaci n, el origen familiar, la salud y las relaciones sociales. El dato es rotundo: si una persona no consigue completar estudios superiores a la ESO, su riesgo de caer en exclusi n severa se multiplica por 2,7. El segundo factor es el familiar. As , se constata que los hijos de personas con bajo nivel educativo tienen m s del doble de probabilidades de caer en situaciones de pobreza que los de progenitores altamente formados. En lo tocante a la salud, el informe FOESSA muestra c mo la desigualdad tambi n se mide en a os de vida, con elementos como la malnutrici n, las listas de espera o el acceso a una sanidad p blica de calidad. De este modo, el informe denuncia que el 6% de las familias m s vulnerables que ten an una enfermedad grave no recibi atenci n m dica el a o pasado, el doble que en el conjunto de la sociedad. La salud mental tambi n se resiente. Natalia Peiro y Raúl Flores presentaron el IX Informe FOESSA Soledad, migraciones y brecha de g nero Junto a ello, C ritas observa una herida m s profunda , el de la soledad, que supone una fractura aterradora para las personas en exclusi n, cuyo nivel de aislamiento se ha quintuplicado, pasando del 3,2% en 2018 al 16,6% en 2024. El informe nos alerta sobre c mo nuestro escudo comunitario , se est debilitando justo donde m s se necesita. Donde se tejen v nculos, la exclusi n se vuelve reve donde se rompen, la dependencia se acelera. Reconstruir esos lazos exige reconocer lo relacional como estrat gico: las pol ticas deben medir y fortalecer el capital social (familia, vecindad, asociaciones) con acciones preventivas y comunitarias , indic Flores. La brecha de g nero tambi n tiene un hueco en la exclusi n, que sigue penalizando a los hogares encabezados por mujeres, Del total de hogares excluidos graves, casi la mitad est n encabezados por mujeres (el 42%, m s de 15 puntos porcentuales desde 2007). 7 de cada diez personas en exclusi n son espa olas, aunque los datos muestran una brecha persistente y preocupante: casi la mitad (47,4%) de la poblaci n de origen inmigrante est en exclusi n, una tasa que casi triplica la de la poblaci n aut ctona (15,3%) , sacude el informe. Es una evidencia que esta irregularidad est repuntando, agravada por la lentitud de los tr mites que deja a miles de personas en un limbo, el 62% de quienes no tienen papeles afirma estar intentando regularizarse , especialmente entre la poblaci n africana. Esta falta de una pol tica p blica de integraci n ambiciosa y transversal desde el primer momento es una asignatura pendiente que genera y perpet a la exclusi n , destac Ra l Flores. El informe tambi n se ala que los problemas son s ntomas de un modelo de sociedad que genera estructuralmente desigualdad, precariedad y fractura . Para Flores, vivimos en una sociedad del desasosiego ( ), en una sociedad ecol gicamente vulnerable, an micamente desasosegada y socialmente desgarrada . Junto a ello, el drama de la huella ecol gica, que en Espa a triplica la capacidad de su territorio. O, en otras palabras: si todo el mundo viviera como lo hace la poblaci n en Espa a, necesitar amos el equivalente a 2,5 planetas. A mayor ingreso, m s consumo de las lites clim ticas con consumos sobredimensionados. Y es que esta crisis clim tica y ecol gica no es un problema es una metacrisis , una crisis sist mica y universal que atraviesa y agrava todas las dem s dimensiones sociales, econ micas y pol ticas que hemos analizado. Abordarlas por separado o con las l gicas actuales resulta contradictorio e ineficaz , destacaron los responsables del informe FOESSA. A menudo, se señala a la población migrante, proyectando sobre ella miedos e inseguridades, a pesar de que los datos de este informe, como hemos repetido, demuestran que la exclusión no tiene su origen ni causa en la inmigración, aunque sí algunas de sus peores consecuencias Un caldo de cultivo en el que la desconfianza y el miedo se instrumentalizan pol ticamente , denuncia C ritas, quien observa c mo se construyen identidades excluyentes y enemigos simb licos para desviar la atenci n de las causas estructurales. A menudo, se se ala a la poblaci n migrante, proyectando sobre ella miedos e inseguridades, a pesar de que los datos de este informe, como hemos repetido, demuestran que la exclusi n no tiene su origen ni causa en la inmigraci n, aunque s algunas de sus peores consecuencias , advirti Ra l Flores. Todo ello lleva a un cambio de valores: si hace d cadas se priorizaba la igualdad, ahora se antepone la libertad personal a la igualdad social. Un relato que no es inocente, ya que, denuncia el informe, legitima la desigualdad y oculta las barreras estructurales. Vivimos una sociedad fragmentada, donde el individualismo rompe la red comunitaria y nos a sla. Una sociedad herida que se manifiesta con desesperanza, especialmente en las nuevas generaciones, como angustia ecol gica. Cuando la conciencia del riesgo no genera acci n colectiva, sino repliegue, la esperanza se quiebra, dejando una profunda cicatriz emocional , alert . Toda la informaci n en www.religiondigital.org


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