Tuesday 11 November 2025
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eldiario - 6 days ago

Radiohead resucita en Madrid evocando su esencia alternativa y afianzando a sus nuevos fans

El grupo británico empieza una gira de 20 conciertos con cuatro llenos seguidos en Madrid. Aunque tienen cierta carga política en sus letras, no hubo ningún reclamo en defensa a Palestina El nuevo álbum de Rosalía, ‘Lux’, se filtra completo a dos días de su publicación 8.147 d as. M s de dos d cadas despu s volvi a tocar Radiohead en Espa a fuera de festivales. No lo hac a desde julio de 2003. Ese grupo que siempre se ha saltado las reglas de la industria y que se ha etiquetado como m sica alternativa. No empiezan en casa, en Reino Unido o en un gran festival, sino con cuatro conciertos casi consecutivos 4,5, 7 y 8 de noviembre en el estadio Movistar Arena. La banda brit nica ha vuelto a girar tras m s de siete a os sin actuar. Y la ltima vez que tocaron fue el 1 de agosto de 2018 en Filadelfia, en Estados Unidos. Empiezan en Madrid y visitar n un total de 20 ciudades, parando tambi n en Bolonia, Londres, Copenhague y Berl n. La expectaci n era alta. En los aleda os del estadio se ve a todos esa generaci n de los 70 y 80 que pasaron su adolescencia influenciados por una de las bandas m s importantes de la historia. Las entradas volaron en apenas 30 minutos. Es la gente que convivi con Oasis y la resaca emocional que dejaron Nirvana y el suicidio de Kurt Cobain. Chaquetas de cuero, pantalones pitillos, cuerpos desgastados y ya con algunas arrugas poblaron los aleda os del Movistar Arena. Tambi n hay hijos acompa ando a padres. Las entradas volaron. Para evitar que los bots hiciesen negocio con la reventa incluso desarrollaron un curioso m todo con c digos. Cada concierto reunir a 17.000 personas. Un impacto de 2,3 millones de euros para la capital, sobre todo en el sector de la restauraci n, seg n la tecnolog a Marian. Hablar de Radiohead es hablar de historia viva de la m sica. Sus logros son f ciles de resumir: son autores de casi una decena de lbumes que siguen creciendo con el paso del tiempo. Nunca se han conformado. Han ido variando de sonido, asumiendo riesgos art sticos y alejados de las f rmulas de la m sica comercial. Han pasado por el rock, punk, psicodelia y electr nica de sintetizadores. Lo experimentaron los cr ticos: Radiohead fueron pioneros de esa tendencia de publicar discos sin avisar y se vieron obligados a escribir cr ticas expr s de sus trabajos. Y es complicado juzgar con solo una escucha lbumes que si algo necesitan para ser digeridos apropiadamente es tiempo. Radiohead sigue componi ndolo Thom Yorke (voz, guitarra y piano), Jonny Greenwood (guitarra, teclados y otros instrumentos), Colin Greenwood (bajo y teclados), Ed O Brien (guitarra y coros) y Phil Selway (bater a y percusi n); a esos cinco se suman de hecho el productor Nigel Godrich y el artista Stanley Donwood, con lo que hoy la banda funciona como un septeto creativo. Aunque, salvo Colin, todos han desarrollado proyectos al margen Ed y Phil han publicado discos en solitario, Jonny compone para cine y Thom combina trabajos propios y proyectos paralelos (por ejemplo, junto a Greenwood en The Smile) hubo vida en paralelo a Radiohead. Como siempre, yendo al contrario de Oasis, ya han dicho que el repertorio de las canciones cambiar a cada d a de actuaci n. Algo que hace tambi n Bruce Springsteen. Un reto para la banda: que sus canciones suenen renovadas para aquellos que van a verlos conquistados por el mito de su trayecto. A la vez, deben reconquistarse a s mismos. Al entrar al estadio uno ya intuye lo que puede ver. No es solo un concierto de una banda de rock. Es un acto teatral de m sica en directo. Un cilindro poli drico con paneles de pantellas conquista el centro de la pista del Movistar Arena. Los separa del p blico un foso circular. Empiezan potentes con uno de sus temas m s cl sicos, Let Down. No cabe una persona m s en el estadio. Algo ins lito: no hab a fot grafos acreditados y desde Doctor Music, la promotora, prohibieron a los periodistas asistentes fotografiar o grabar el concierto para su uso. Ni que las fotos desde una grada a m s de 30 metros de distancia fuesen a retratar alg n improperio de las estrellas de la m sica. Radiohead es una banda contracultural absorbida por la cultura de masas. Fueron pioneros en subir su m sica a internet, con el lbum Kid A (1997). Abrieron una web oficial y un foro, adem s de enlazar y comunicarse con las principales p ginas creadas por sus fans. Han ganado Grammys, MTV Awards, AIM de M sica Independiente o Premios Brit. Hoy a n los escuchan casi 45 millones de personas al mes en Spotify. El concierto se convierte en un repaso a sus nueve lbumes llenos de xitos. Thom Yorke luce un pelo m s largo que la ltima vez que tocaron en Estados Unidos. Es el que m s moderno viste, con unos pantalones anchos, una camiseta oversize y unas zapatillas deportivas. Es el elemento de conexi n constante a lo largo del bolo. Unas luces transl cidas, medio transparentes, permiten ver lo que hacen dentro del escenario. A medida que contin an las canciones, esas luces se van difuminando y ellos interact an cada vez m s con su p blico. Con la siguiente canci n, 2+2=5, ponen al estadio a botar. Muchos recordar n aquellos conciertos gloriosos de principios de los 2000. El show es una monta a rusa. Contin an con Sit Down. Stand Up, que no la tocaban en directo desde 2004. De las canciones m s potentes y en rgicas pivotean por las m s trascendentales y conceptuales. Apenas dejan tiempo entre un tema y otro, excepto por contados gracias , en espa ol de Yorke que enloquecen al p blico. Por momentos parece que uno est viendo una obra teatral con los juegos de luces y lo reflejado en las pantallas. Eso s , a veces la jaula hace perder cierta conexi n con el p blico. Una forma de exponerse, pero tambi n d nde refugiarse. Trat ndose de Radiohead probablemente sea intencionado. Los momentos m s electr nicos no tienen nada que envidiar a una Boiler Room. Sus potent simos bajos conquistar an a cualquier artista de trap o DJs de hard tecno en Weird Fishes/Arpeggi. Im genes psicod licas, con luces y silencios y gritos que generan cierto desconcierto social e incomodidad. Tanto al verlos como al escucharlos. Lo personal se tralada a lo colectivo. Y se abre la jaula. El p blico enloquece en cuanto las plataformas suben. Contin an variando su altura hasta casi el final del show y siguen proyectando im genes conceptuales y metaf ricas. Entre tema y tema disfrutan con peque as jams entre ellos. Algo que sorprende al compararlo con conciertos de m sica m s actuales es la ausencia de tel fonos m viles grabando durante el concierto. Haberlos haylos, pero apenas representan un cuarto de la totalidad del estadio. Cuando tocan Weird Fishes/Aperggi, muchos no se resisten y alzan las c maras de sus celulares. Alguno para poner el flash. Otros se siguen resistiendo, m s anall gicos, y encienden sus mecheros, a la vieja ausanza. Al poco siguen con The National Anthem, que el p blico sigue en todo momento marcando el tempo con palmas. Es una canci n que fue disruptiva en su momento, emplean un bajo repetitivo y secci n de metales al estilo free jazz. Sigue sonando revolcionaria. Tocan No Surprise. Lo hacen con retoques en el directo. Todo el mundo all presente se la sabe. Se ala c mo la vida cotidiana, rutinaria, en un mundo hiper-industrializado, acaba siendo opresiva. Te ves tan cansado, infeliz / Derriba al Gobierno / Ellos no hablan por nosotros . Durante la interpretaci n hay glitches en las im genes, como si se trabase. Tambi n en el sonido, como si se rebobinase. Usan un filtro que altera la voz de Yorke y queda sonando mientras l recorre el escenario dando palmas y bailando como un poseso. No le hace falta cantar. Una de las grandes tem ticas de Radiohead ha sido el exponer sus sentimientos. Se muestran vulnerables, incomprendidos. Muchas bandas que los siguieron son deudores de esta rotura de moldes establecidos. Yorke interpreta Daydreaming sin apenas pronunciar, como quebr ndose. Juega con los silencios y la atenci n de los all presentes. Es una especie de eleg a: una reflexi n existencial nublada. Un adi s a esos a os , canta. Radiohead sigue cambiando y transform ndose. El p blico salta no solo en los estribillos. Lo hace en tambi n en las jams y los solos de guitarra. Yorke aprovecha para animarlos recorriendo el escenario. En las canciones m s electr nicas, muchos de los asistentes se acarician la parte superior de su cabeza y miran al cielo, con la sensaci n de estar viviendo una especie de xtasis colectivo. Tocan Idioteque acompa ados de nuevo por im genes con glitches verdes. La gente lo da todo. Al acabar, ya pasado el ecuador del show, aprovechan para darse un ba o de aplausos. Lo echaban de menos. La jaula se vuelve a cerrar bajo los coros de Radiohead del p blico. Y suena Fake plastic trees, que corea todo el estadio, aunque Yorke casi la rapea. Vuelven los mecheros y los flashes. La canci n trata sobre una persona que se siente falsa, en una vida de pl stico. En esa cr tica a la moral occidental, sin atisbos de ning n tipo de optimismo, se ven reflejados muchos j venes de 20 y 30 a os. Hay quien incluso llora. Cuando se habla de ellos como artistas comprometidos con las causas medioambientales les llaman hip critas, porque mueven por el mundo enormes giras de lo m s contaminantes. Pol ticamente, se alan sus censores, son unos elitistas progres. Tampoco han sido nunca demasiado rotundos al condenar el genocidio en Palestina. Si bien Yorke asegur que ahora mismo no volver an a tocar en Israel. Al guitarrista, Jonny Greenwood, se le ha acusado de colaboracionista con Israel. El tema no se asom ni de lejos en todo el concierto. Oportunidad perdida para un grupo que dice estar en contra de las injusticias. Demasiado tibios. De ah en adelante ir n sonando las canciones m s conocidas. Subterranean Homesick que contin an con Paranoid Andorid. Yorke coge la ac stica y sigue gust ndose, baila e interact a con el p blico. Una l nea muy frecuente en Radiohead es la sensaci n de desconexi n del cuerpo, de los otros, del mundo y c mo la tecnolog a, el consumo y la globalizaci n crean cada vez m s escenario inquietante. En Paranoid Android, del lbum OK Computer, aparece un collage de voces, figuras fragmentadas y referencias a la androidizaci n del sujeto: a complex journey through modern anxiety and technological alienation . Contin an con How to Disappear Completely y su tem tica trascendental y dram tica. Los m s j venes organizan un pogo espont neo delante de Yorke. Al acabar, unas luces rojes marcan el contorno del escenario. El ritmo vuelve a bajar con There There. Yorke se sienta, solo ante el teclado, sin bater as, con una c mara que lo enfoca en un primer plano. De vez en cuanto le muestra al p blico. No tocaron su mayor xito, Creep, probablemente por la denuncia por plagio de The Ait That I Breathe de The Hollies. Acaban el show con Karma Police. Una de sus canciones m s conocidas de la historia. Esto es lo que recibes , reza el estribillo. Es una forma cruda de despedirse. Una cr tica directa hacia la alienaci n del sistema capitalista. Un himno que los ha posicionado en la aristocracia mundial. Se focaliza en la mirada del resto y c mo nos hace sentir. Quiz s por eso no quieren tener que dar su opini n sobre todo. Al acabar todo el estadio se pone de pie a aplaudirles en alto. Ellos hacen una reverencia, pero no se recrean demasiado. Se van sin demasiadas florituras. A n les quedan fechas.


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