Tuesday 4 November 2025
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eldiario - 2 days ago

La taquígrafa que ha transcrito medio siglo de vida parlamentaria: “El 23F creí que mis compañeros podrían estar muertos”

A sus 70 años, esta madrileña publica un libro en el que repasa algunos de los pasajes y anécdotas que más le han marcado tras décadas sentada en el hemicicloEl boletín del director - Retrato de un Parlamento con mentiras al fondo Decir que por las manos de Ana Rivero han pasado las ltimas cinco d cadas de historia parlamentaria en Espa a ser a inexacto. Esta taqu grafa del Congreso de los Diputados reci n jubilada no solo apuntaba todas y cada una de las palabras enunciadas por los oradores, sino que era capaz de saborear cada momento hist rico que ha ocurrido ante ella, oler la tensi n que muchas veces se viv a en el hemiciclo y tocar con la mirada la astucia, serenidad y, a veces, grandilocuencia con la que hablan los parlamentarios. Ahora, deja a un lado el Diario de Sesiones para publicar Luz y taqu grafa. Cincuenta a os transcribiendo la Historia de Espa a (Plaza y Jan s, 2025), donde repasa las vicisitudes que durante tanto tiempo ha tenido que experimentar, y que no siempre le han dejado un buen sabor de boca. Desde unas cortes franquistas en blanco y negro, como ella misma describe, su actividad laboral ha sorteado un golpe de Estado, mociones de censura, debates parlamentarios que pasar n a la historia, la aprobaci n de derechos que han cambiado el devenir del pa s, investiduras exitosas y fracasadas y hasta una coronaci n. Yo llegu al Congreso porque un a o suspend taquigraf a y mi padre, que era taqu grafo y luego cript logo, me dijo que eso no pod a ser , cuenta con cierto gracejo Rivero frente a los leones que custodian la C mara Baja. Juntos se afanaron para que los resultados acad micos de esta madrile a nacida en 1954 mejoraran. Apenas con 18 a os comenz a presentarse a las oposiciones, que siempre aprob , hasta que con 21 a os pudo entrar al Cuerpo de Redactores Taqu grafos y Estenotipistas de las Cortes Generales. Era mayo de 1975 y las Cortes amanec an repletas de hombres algo taciturnos, endiosados, rodeados por un aura dictatorial nublada por el humo del tabaco, nada acostumbrados ni al debate ni al consenso. Por aquel entonces hab a tan pocas comisiones parlamentarias que, en el caso de necesitar m s taqu grafas de las habituales, se serv an de las que estudiaban en la academia situada en el propio Congreso. Yo lo pasaba fatal en esas Cortes franquistas. La gran suerte lleg con la Ley para la Reforma Pol tica, que luego dio paso a la Constituci n , rememora en referencia a la primera norma aprobada en 1977. El otro Bar Chicote, la otra negociaci n constitucional A lo largo de su libro, escrito junto a la tambi n taqu grafa parlamentaria desde 2021 Ana I. Gracia, Rivero recorre algunos de los escenarios normalmente vetados para la poblaci n general pero que ella, debido a su oficio, ten a muy presentes. Es el caso del Bar Chicote, pero no el de la Gran V a madrile a: Era un bar dentro del Congreso que exist a desde la Segunda Rep blica ya desaparecido. Estaba en el sal n que se abre si uno entra por la puerta principal, la de los leones , relata. En aquellas mesas se formaba la Comisi n extraoficial en la que se desatasc la Constituci n , tal y como la denomina Rivero en su monograf a. Cada vez que los constituyentes no se pon an de acuerdo en un punto, el debate segu a en el Bar Chicote, y yo no paraba de ver a los primeros espadas de cada partido negociando sus posturas , enfatiza. Finalmente, algo tan curioso qued suprimido despu s de que Gregorio Peces-Barba asumiera la presidencia del Congreso en noviembre de 1982. La verdad es que ol a mucho a croqueta y a chorizo, pero era algo muy curioso , recuerda la taqu grafa. Ana Rivero ante el Congreso de los Diputados Algo menos agradables han sido otros pasajes de la historia reciente de Espa a que tambi n le han tocado de cerca. Rivero, cuando lleg al Congreso aquel 23 de febrero de 1981, ni siquiera se pod a imaginar lo que suceder a horas m s tarde. Me pill en la puerta del Hemiciclo, porque no me dejaban entrar a relevar a mi compa era. Un guardia civil muy joven me dijo que hab a etarras en las tribunas , detalla. Los peores presagios se abalanzaron sobre sus pensamientos: Volv al despacho y se lo cont a mi jefe. Cuando o mos los disparos pensamos que los compa eros podr an estar muertos. Fue un momento muy dif cil y pens qu poco nos hab a durado la democracia . Casos de acoso sexual: Me pod an hacer la vida imposible A pesar de lo que cualquiera pudiera pensar del Congreso, hay fen menos que no le diferencia demasiado de otros centros de trabajo. El d a que un diputado intent besarme es el cap tulo que Rivero dedica a dos experiencias funestas relacionadas con acoso sexual por parte de un par de parlamentarios. Nunca he dicho sus nombres propios y no los voy a decir, aunque uno ya est muerto, pero s quer a dejar testimonio de que en el Congreso tambi n se dan situaciones de acoso , asevera. Quería dejar testimonio de que en el Congreso también se dan situaciones de acoso. Como funcionaria no me podían echar, pero sí me podían hacer la vida imposible a mí o a mi familia, así que me lo callé Asegura que los protagonistas de las agresiones fueron pol ticos tanto de derechas como de izquierdas y que los episodios se dieron cuando ella ten a 30 y 50 a os. Lo pas muy mal. Era consciente de que, como funcionaria, no me pod an echar, pero s me pod an hacer la vida imposible a m o a mi familia, as que me lo call hasta ahora, que lo cuento en el libro , desarrolla la taqu grafa. El primero de ellos, seg n Rivero, no respetaba su negativa a verse con l fuera del Congreso. Quer a que fuera a comer con l, a cenar, a y me llamaba por tel fono de madrugada, a todas horas , recuerda. El segundo fue algo diferente. Rivero le hab a ayudado con la correcci n de algunos de sus libros: Cuando acced a tomar caf y dar un paseo con l, me arrincon en el Museo del Prado , afirma. Tras medio siglo escuchando debatir sobre leyes, derechos y obligaciones, la taqu grafa defiende que ning n derecho conquistado es para siempre. El aborto, el divorcio, el matrimonio igualitario son derechos que siempre habr que defender, al igual que la democracia, que siempre hay que profundizar en ella , sostiene. M s all de transcribir cada palabra espetada por los parlamentarios, Rivero siempre ha sentido la emoci n de cada momento hist rico. Tal y como destaca, le pas con la aprobaci n de la interrupci n voluntaria del embarazo. Como mujer estaba muy contenta. Cu ntas mujeres se han muerto por tener que irse a Inglaterra o han sufrido barbaridades en los abortos clandestinos? , se pregunta. El sopor y placer de escuchar a los parlamentarios Su dilatado bagaje traduciendo palabras en s mbolos que solo ella entiende en la nica mesa con patas dentro del hemiciclo le ha llevado a saber bien a qu oradores prestar m s atenci n que otros, siempre a nivel personal. Hay algunos que duermen a las ovejas, que les ves y no quieres entrar al turno, pero otros son tan interesantes que cuando sales te subes a la tribuna a seguir escuch ndoles , ilustra. Ana Rivero, Taquígrafa del Congreso de los Diputados escribe artículo para elDiario.es con sus signos Recuerda especialmente a Joaqu n Viola Sauret, cuyo uno de sus discursos fue con los que se examin . Era una metralleta hablando. En aquel momento ya defend a que se pudieran inscribir en el registro civil personas con nombres en catal n, y lo consigui , a ade sobre este antiguo alcalde de Barcelona brutalmente asesinado en enero de 1978 junto a su mujer en un atentado atribuido al Front Nacional de Catalunya. La conciliaci n, algo imposible para las taqu grafas Cap tulo aparte merecen las condiciones laborales en las que hist ricamente este Cuerpo de Redactores Taqu grafos, altamente feminizado, se ha visto obligado a desempe ar sus funciones. Era imposible conciliar. Somos el nico cuerpo del Congreso que no tiene un horario fijo. Si sus se or as quieren realizar una sesi n el d a de Reyes o en plena Semana Santa, all hay que estar. Cu ntas horas habr que currar? Las que ellos decidan , se responde a s misma. La situaci n ha cambiado mucho en los ltimos a os gracias a la racionalizaci n del trabajo: Cuando entr , si te quer as casar ten a que ser en verano. A m casi me abren un expediente porque en Navidades nos fuimos varias compa eras de viaje a la India y un ministro quer a comparecer el 30 de diciembre . Al fin y al cabo, las taqu grafas son las responsables del Diario de Sesiones, que con una agilidad inusitada se publica de forma diaria en la web del Congreso. Es un documento oficial que publica el Congreso desde 1810, hace m s de dos siglos, y en el que debe constar literalmente todo lo que dicen los diputados , define la especialista. En este sentido, deben tener mucho cuidado para intentar tocar lo menos posible las palabras de orador, pero s hacer inteligible su discurso. Lo utilizan incluso en procesos judiciales porque los jueces lo revisan para ver bien qu esp ritu ha seguido el legislador a la hora de aprobar alguna ley. Tambi n es un buen documento para ver c mo evolucionan los debates y conflictos que preocupan a la sociedad , agrega. Una vida maravillosa por delante Rivero ha creado un lenguaje propio que, aunque ya retirada, siempre le acompa a. Mi padre tambi n ense taquigraf a a mis hermanos, pero para poder coger la velocidad parlamentaria me he tenido que dise ar mi propio sistema. Aunque tengan el mismo m todo, mis hermanos ya no son capaces de entender lo que yo escribo , profundiza. Y la sigue utilizando. As lo demuestran sus ltimos apuntes de un curso universitario que realiza estos d as. A sus 70 a os, Rivero encara una nueva vida maravillosa, tal y como ella misma subraya, que le permitir viajar mucho m s de lo que ya ha hecho, que tampoco ha sido poco. Me acompa an las inquietudes, y eso siempre da vida , se despide.


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