Friday 31 October 2025
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eldiario - 3 days ago

Del optimismo con la amnistía al Sánchez no es de fiar : cronología de dos años de relación entre Junts y el Gobierno

Puigdemont da por acabada la negociación con el PSOE tras 19 sesiones de trabajo en Ginebra y después de que el año pasado la confianza entre ambos pendiera de un hiloPuigdemont, tras romper con Sánchez: “No ayudaremos a este Gobierno ni a ningún otro que no ayude a Catalunya” Carles Puigdemont ha marcado este lunes el punto final a su acuerdo de investidura con el PSOE, aunque el l der de Junts se ha cuidado de alejarse tambi n de cualquier posible alianza con PP y Vox para derribar al Ejecutivo. No ayudaremos a este Gobierno ni a ning n otro que no ayude a Catalunya , ha dicho el expresident, que, sin embargo, ha mencionado una larga retah la de reproches para dar cuenta de que, pese al esfuerzo que l ha empleado, la negociaci n con los socialistas no ha funcionado. Han sido 24 meses de relaci n accidentada, de gran desconfianza mutua pese a que ha habido acuerdos relevantes, con la amnist a como principal hito. Sinton a inicial y acuerdos por el catal n La relaci n entre el PSOE y Junts era inesperada hasta la noche del 23 de julio de 2023, cuando los votos de los independentistas decantaban la balanza sobre la investidura de Pedro S nchez. El entonces secretario de organizaci n socialista, Santos Cerd n, ya hab a abierto una discreta v a de relaci n con ellos, por eso el inicio de las conversaciones fue m s sencillo. Con todo, desde la propia noche electoral qued claro que Junts, contra lo que hab a dicho en campa a, estaba abierto a hablar de la investidura de S nchez. Las elecciones le hab an dado a Puigdemont una llave que no estaba dispuesto a perder. Antes de negociar el acuerdo de investidura, socialistas y junteros ya mostraron su capacidad de entenderse con el pacto que llev a Francina Armengol a la presidencia del Congreso. Lo hicieron a cambio de nuevos pasos para el catal n. Por un lado, se permitir a hablar en cualquier lengua oficial en el Congreso. Por otro, Espa a pedir a oficialmente al Consejo de Europa reconocer al catal n, el gallego y el euskera como oficiales a nivel europeo. Ambas cosas sucedieron, por lo que Junts acab apoyando a Armengol. Pocos meses despu s, el 9 de noviembre de 2023, Junts y el PSOE cerraron el llamado acuerdo de Bruselas , que permiti la investidura de Pedro S nchez La dif cil negociaci n de la amnist a La primera gran prueba que tuvo que pasar la relaci n entre Junts y el PSOE fue la negociaci n de la ley de amnist a, una norma jur dicamente complicada y dif cil de encajar constitucionalmente. Los equipos de los dos partidos independentistas y el Gobierno negociaron sin descanso durante los primeros meses de 2024. Hubo idas y venidas, innumerables modificaciones del borrador y negociaciones in extremis . En paralelo, el Supremo se mov a para tratar de cerrar las posibles v as de amnist a a Puigdemont. Finalmente, el Congreso aprob la ley de amnist a a finales de mayo de 2024. Hubo decenas de personas que dejaron de tener causas penales, pero la medida de perd n no ha afectado a n a la mayor a de los principales l deres pol ticos de 2017. Ni el l der de ERC, Oriol Junqueras, ni Puigdemont, han disfrutado de la amnist a, lo que les ha impedido volver a la pol tica activa, al p y a territorio espa ol, en el caso del de Junts. El Tribunal Constitucional ha dictado ya sentencias que avalan el grueso de la ley de amnist a: su legalidad, su encaje en la Constituci n y que, entre otros delitos, pueda perdonar la malversaci n de caudales p blicos relacionada con el proc s. Pero todav a no ha decidido sobre el caso concreto de Carles Puigdemont y eso, en la pr ctica, mantiene al expresident en b squeda y captura dentro de Espa a por orden del juez Pablo Llarena y el Tribunal Supremo. Su recurso fue recientemente admitido a tr mite y las deliberaciones del Constitucional pondr n a prueba los argumentos del Supremo para no amnistiar la malversaci n atribuida a Puigdemont y a otros pol ticos ya condenados: que al usar medios p blicos para organizar el refer ndum de 2017 evitaron poner ese dinero de su bolsillo, y por tanto se enriquecieron. Tambi n que se vieron comprometidos los intereses econ micos de la Uni n Europea. El tribunal ya roz este debate cuando rechaz el recurso de Arag n aunque la ponente, Laura D ez, lleg incluso a modificar su ponencia para retirar varios p rrafos que pod an interpretarse como una estimaci n por adelantado de los argumentos de Puigdemont. La sentencia que decidir si puede o no volver a Espa a sin miedo a ser detenido no llegar antes del a o que viene. S nchez no es de fiar Pese al optimismo inicial y los acuerdos alcanzados, el final de 2024 supuso un momento de zozobra en la negociaci n que Junts y el PSOE manten an en Suiza. La partida era ahora sobre la delegaci n de competencias en materia de inmigraci n, una medida que los de Puigdemont hab an puesto en primer plano despu s de que la formaci n xen foba Alian a Catalana diera la sorpresa y se colara en el Parlament, en junio de ese a o. La negociaci n estaba bloqueada, seg n entend a Junts, porque el Ministerio del Interior se negaba a delegar a la Generalitat algunas competencias m s medulares en materia de extranjer a. Fue entonces cuando Puigdemont hizo la comparecencia que supuso el gran toque de atenci n al PSOE. S nchez no es de fiar , asegur el l der de Junts, que a adi que el PSOE incumpl a el acuerdo firmado y reclamaba al presidente someterse a una cuesti n de confianza. Esa cuesti n de confianza, que Junts pod a reclamar pero que solo compet a a S nchez plantear ante el Congreso, dio mucho que hablar en las siguientes semanas. Finalmente el PSOE logr que Junts retirara la moci n en la que exig a a S nchez dar ese paso y, en paralelo, se acab pactando un texto de delegaci n de competencias. Aquella proposici n para el traspaso de competencias, sin embargo, qued descartada en septiembre pasado, cuando no logr mayor a en el Congreso por el rechazo de Podemos. Un fiasco que supuso un duro golpe en la direcci n de Junts. Junts flirtea con PP y Vox Uno de los fen menos que han dominado la relaci n entre Junts y el PSOE en la ltima etapa ha sido una distancia cada vez m s irreconciliable. La ca da en desgracia de Cerd n, por su implicaci n en la llamada trama Koldo, dej a los independentistas sin uno de sus puntales, que fue sustituido oficiosamente en las reuniones suizas por un nombre de tanto peso como el expresidente Jos Lu s Rodr guez Zapatero. En cuanto a la din mica parlamentaria, si bien durante el primer a o de colaboraci n Junts solo se retir del 25% de las propuestas del Gobierno, seg n el recuento de este diario, el segundo a o esa relaci n qued eclipsada por los desencuentros. Los de Puigdemont tumbaron el impuesto a las energ ticas, la reducci n de jornada, la creaci n de una agencia anticorrupci n y tampoco apoyaron uno de los ltimos decretos mnibus por considerar que camuflaba medidas que no hab an negociado con ellos. Las votaciones en las que Junts acababa apareciendo en la foto con el PP y Vox, que antes eran un tab para los de Puigdemont, se hicieron frecuentes en el Congreso durante los ltimos meses del pasado curso parlamentario. El discurso de que si no votas a Pedro S nchez vienen el PP y Vox no nos impresiona para nada , avanzaba Jordi Turull el a o pasado. El fin: m s divorcio que infidelidad Carles Puigdemont ha solemnizado este lunes un final para la alianza interesada que hab a formado hace dos a os. Lo ha hecho con reproches duros y reconociendo que, aunque inicialmente crey posible superar la desconfianza, dos a os despu s cre a que se hab a equivocado. Pero Puigdemont ha dejado claro que, si bien con el PSOE hay un divorcio evidente, Junts no est pensando en buscar nuevas parejas de investidura. La moci n de censura es un fantasma al que los independentistas invocan como amenaza, pero que no aparece hoy entre las opciones realistas que barajan. La idea de la Ejecutiva de Junts es un PSOE que se sienta en soledad en el Gobierno y sin capacidad de sacar adelante nada de su agenda legislativa. Tendr n el poder, pero no podr n gobernar , ha resumido Puigdemont. El expresident sigue manteniendo unos votos que son claves para la gobernabilidad y sigue necesitando que se le aplique la ley de amnist a, exactamente la situaci n con la que naci la relaci n que ahora se rompe, pero que nadie sabe si podr a reconstruirse.


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