Wednesday 19 March 2025
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eldiario - 7 days ago

El exdirigente del PNV Alfredo de Miguel buscó una indemnización pública tras ser despedido por corrupción

Tras una sentencia de nueve años de cárcel, cargó contra la consejera Tapia y recurrió dos veces sin éxito su salida de la sociedad pública Hazi, donde llevaba con un sueldo público más de una década a pesar de los graves delitos que se le imputaban Un empresario del PNV admite en un juicio que Hondarribia burló la ley para adjudicarle contratos públicos a dedo Alfredo de Miguel, ex n mero dos del PNV de A lava conocido como Txitxo, carg contra el Gobierno de I igo Urkullu y recurri por dos veces su despido de la sociedad p blica auton mica Hazi consumado al fin en marzo de 2023 despu s de que el Tribunal Supremo confirmara para l una pena de nueve a os de c rcel como l der de una trama de corrupci n dedicada al cobro de comisiones ilegales y manipulaci n de contratos p blicos descubierta varios lustros atr s. El expol tico, que nunca ha admitido los hechos p blicamente, quiso que su salida de la Administraci n fuese considerada improcedente lo que da derecho o a la readmisi n o a una indemnizaci n econ mica, lo que es m s habitual y llev sin xito sus reclamaciones primero a un juzgado de lo social de Bilbao y finalmente, ya desde la c rcel, al Tribunal Superior de Justicia del Pa s Vasco (TSJPV). Se cumplen ahora justamente quince a os de la detenci n por parte de la Ertzaintza de De Miguel, que en aquel momento ejerc a como diputado foral alav s de Administraci n Local y Equilibrio Territorial (Urbanismo). Unos meses antes, a finales de 2009, la abogada y empresaria Ainhoa Alberdi hab a denunciado ante la Fiscal a que el influyente Txitxo le hab a reclamado 100.000 euros por un contrato que le facilit a su consultora en el parque tecnol gico de Mi ano. De ah se descubri una empresa pantalla llamada Kataia Consulting creada por De Miguel con otros dos dirigentes del PNV alav s de la poca, Koldo Ochandiano y Aitor Teller a. Estaba a nombre de las esposas de los tres. La investigaci n, completada en 2015, acredit la existencia de otras comisiones m s all de Mi ano y de una compleja madeja empresarial. En 2018 se celebr un macrojuicio, el mayor de corrupci n conocido en Euskadi y en el que algunos otros imputados confesaron. En 2019 lleg la sentencia de la Audiencia de A lava y, en enero de 2023, el Supremo la ratific salvo por unos matices. La lista de delitos cometidos por De Miguel como cabecilla de una asociaci n il cita era largu sima de catorce puntos y se estipul en nueve a os su estancia en prisi n, adem s de las elevadas responsabilidades econ micas. Al poco de ser detenido en 2010, De Miguel sali de sus cargos p blicos. Pero dispon a de dos excedencias en sociedades auton micas para seguir teniendo garantizado un salario p blico. Ambas plazas las logr al poco de entrar a la direcci n del PNV alav s en 2000, con apenas 28 a os. Liquid una de ellas, en la red de Industrialdeak de Sprilur, previo cobro de una indemnizaci n econ mica. Ingres 22.000 euros de una tacada. Y empez a trabajar en lo que ahora se conoce como Hazi, una fundaci n que cuelga del Gobierno vasco. Su plaza estaba en IKT, una de las partes constituyentes de la nueva entidad. Como ha venido publicando este peri dico, la investigaci n no solamente no afect a Txitxo en su recorrido laboral, sino que fue ascendiendo y teniendo subidas salariales. Incluso despu s de la que sentencia de primera instancia acreditara lo que ya se barruntaba desde el inicio del sumario, continu en Hazi. Lleg a tener funciones de representaci n en algunos foros y ejerc a labores de coordinaci n . Su salario final era de 57.407,45 euros, incluido un complemento de responsabilidad , cuando por su categor a en el convenio se alud a a 35.000. Estando ya condenado como cabecilla de una trama de corrupci n tuvo una mejora retributiva de 5.000 euros anuales, alrededor del 10%. Alfredo de Miguel, como ponente en un congreso interterritorial sobre pesca celebrado en Cartagena (Murcia) Hazi permit a expresamente un despido sin necesidad de que la sentencia fuera firme. El convenio lo recoge para los condenados por malversaci n , por ejemplo, siempre que la pena sea superior a seis a os, extremo que se superaba claramente. En otras reglamentaciones se puntualiza que la condena ha de ser definitiva, pero es algo que no ocurr a en esta sociedad p blica. Sin embargo, sus servicios jur dicos hicieron siempre una lectura muy garantista de esa disposici n y mantuvieron a De Miguel los tres a os largos que pasaron desde el fallo de primera instancia hasta la condena en firme del Supremo. Con todo, De Miguel interpret que hab a sido maltratado por el Gobierno de Urkullu. En su demanda, el expol tico se quejaba de que la consejera responsable de Hazi, que era Arantxa Tapia, tambi n del PNV, hab a hecho declaraciones p blicas dando por hecho el despido. Su deseo era lograr una declaraci n de improcedencia en su despido disciplinario, petici n a la que no han accedido los jueces ni en primera ni en segunda instancia. Al inicio del caso, Urkullu no era a n lehendakari pero s presidente del PNV. Tambi n entonces De Miguel y otros imputados se resistieron a entregar sus carn s de afiliados. Qu hubiese implicado la improcedencia del despido? Expertos laboralistas indican que la empresa podr a optar por la readmisi n o por abonar una indemnizaci n. Pero nadie va a por el puesto de trabajo. Se va a por el dinero , indican estas fuentes. Esa cuant a ser a de 33 d as por a o trabajado. En el caso de De Miguel, una hipot tica indemnizaci n habr a rondado los 70.000 euros. Catorce delitos de corrupci n El fallo del Supremo se firm el 9 de enero de 2023 y se dio a conocer al d a siguiente. El 13 de enero Hazi inco un expediente disciplinario a su empleado tras la confirmaci n de que De Miguel era responsable de catorce delitos: un delito de blanqueo de capitales, un delito de asociaci n il cita, un delito de cohecho pasivo impropio, un delito de prevaricaci n como cooperador necesario, un delito de malversaci n de fondos p blicos como cooperador necesario, dos delitos de coche pasivo, tres delitos de tr fico de influencias y cuatro delitos de falsedad en documento mercantil . A los cinco d as, De Miguel present alegaciones quej ndose de las filtraciones de la sentencia. En estos a os, una de sus obsesiones era hacer ver que hab a una persecuci n con mentiras hacia l. Sin embargo, cuestiones formales hicieron que se demorara un par de meses la declaraci n de firmeza del fallo, aunque los hechos y los delitos estuvieran muy claros. Ese tr mite lo realiz la Audiencia de A lava, el tribunal de instancia, el 15 de marzo. El 16 de marzo Hazi acord su despido disciplinario definitivo. Txitxo se quejaba, eso s , de que hasta el 17 no hubo una notificaci n del acuerdo de firmeza y cree que Hazi se precipit al despedirle. Se da la circunstancia de que para entonces ya estaba de baja por ansiedad . Cuando estall el caso y despu s de asegurarse el retorno a ese puesto tambi n pas muchos meses de baja y lleg a ser investigada su situaci n por la Seguridad Social. El Superior, en una sentencia emitida en abril de 2024, recalca que no cabe interpretar mala fe del Gobierno vasco y de la consejera Tapia en este asunto. Asegura que sus manifestaciones p blicas explicando su salida de Hazi sencillamente quedan en el mbito de la libertad de expresi n y del normal ejercicio de las funciones pol ticas . No se puede pretender hacer ver que su despido fue una decisi n personal de Tapia al margen de la fundaci n [Hazi] y de los hechos por los que se produjeron las condenas penales . Le recuerda el alto tribunal vasco a De Miguel que el suyo es un acontecimiento grave y de notoriedad p blica y que era l gico que hubiera noticias y comentarios sobre ello, m s si cabe porque desempa aba puestos de confianza pol tica en Hazi. No se aprecia vulneraci n alguna de los derechos laborales del expol tico ni desde luego base para decretar su readmisi n probablemente imposible ya que su pena implica tambi n inhabilitaci n absoluta para empleos p blicos o una compensaci n econ mica. En prisi n atenuada Parte de este procedimiento laboral tuvo lugar cuando De Miguel ya hab a ingresado en prisi n. Lo hizo en julio de 2023 despu s de intentar postergarlo al m ximo con recursos procesales e incluso con una solicitud de indulto que no consta que haya sido resuelta por el Gobierno de Espa a, que es el competente, seg n indican fuentes cercanas al caso. Cumpli los primeros meses en Zaballa, el penal a las afueras de Vitoria, pero luego solicit un traslado a Basauri, en Bizkaia, su lugar de residencia desde que fue detenido y abandon A lava para instalarse en la residencia de Gorliz que un empresario cercano a su partido, Prudencio Hierro, le hab a reforzado a cambio de favores. En paralelo, accedi tras cumplir uno de los nueve a os de condena a un r gimen atenuado (el del art culo 100.2 del reglamento penitenciario) que le permite salidas regulares entre semana para trabajar. Ha completado un curso de reinserci n para delincuentes econ micos, el mismo que super I aki Urdangarin. Se da la circunstancia de que Txitxo logr este r gimen abierto gracias a un recurso ante el juzgado de vigilancia penitenciaria ya que el criterio de la junta de tratamiento de Prisiones era negativo. Con l entraron en prisi n tambi n Ochandiano y Teller a, al igual que el exdirector de Juventud con el PNV Xabier S nchez Robles, que procur contratos a dedo a la trama y que en el juicio present pruebas falsificadas para tratar de justificarlos. Todos ellos tambi n han accedido ya al 100.2. Hubo otros condenados que eludieron la c rcel en el denominado caso De Miguel por tener penas menores o por recibir otro tipo de condenas como la inhabilitaci n.


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