eldiario - 2 days ago

El president empieza a notar la falta de apoyos incluso dentro de su partido, lo que se ha reflejado en un funeral de Estado en el que prácticamente nadie ha querido acercarse a él y en el que ha vivido los reproches de las familiasLos familiares gritan “Mazón dimisión” a un president aislado mientras los reyes y Sánchez se despiden de las víctimas¿Dónde estaba Mazón? - El documental que investiga la gran incógnita de la dana Es quien omite su deber, a sabiendas de que su omisi n puede suponer la p rdida de vidas humanas, quien comete el acto primigenio que deriva en esas muertes . La frase retumb como un estruendo en el enorme Museo de las Ciencias Pr ncipe Felipe de Val ncia. Arranc , tras la ltima palabra, una sonora ovaci n de las familias de las v ctimas de la dana en el funeral de Estado que se celebr este mi rcoles por la tarde. Fue Victoria Ortiz, sobrina de una de las v ctimas de Letur, quien la pronunci . Ortiz era una de las tres familiares que intervino en la celebraci n laica en homenaje a los 237 muertos 229 en Valencia, siete en Castilla-La Mancha y uno en Andaluc a en las inundaciones del 29 de octubre de 2024. Seguramente ese fue uno de los momentos m s complicados para el presidente del Gobierno valenciano, Carlos Maz n. En una llamativa soledad y con la cara desencajada fue increpado al grito de Maz n dimisi n! o asesino! por los familiares a su llegada al recinto y cuando finaliz el acto. Adem s, Maz n tambi n fue se alado por otro de los familiares. Andrea Ferrari, que perdi a su madre, Eva Mar a Canut Montoro, advirti de que lo m s importante ahora mismo es que prevalezca la verdad, el respeto y la humanidad . El funeral de Estado puede marcar un punto de inflexi n para Maz n. En l se plasm una soledad que se ha intensificado en las ltimas horas. Lleg a la Ciudad de las Ciencias, donde se ubica el Museo, acompa ado nicamente de su equipo de comunicaci n y de Mar a Jes s Garc a Fr gols, la Directora General de Organizaci n, con quien accedi al recinto. En los momentos en los que se le pudo ver en p blico, pr cticamente nadie se le acerc para intercambiar impresiones, seg n pudo comprobar in situ elDiario.es. Y eso que asistieron desde la alcaldesa de Val ncia, Mar a Jos Catal , hasta el presidente del PP, Alberto N ez Feij o. Durante la ceremonia, estuvo flanqueado por Emiliano Garc a-Page, a su derecha (a quien acus falsamente de no haber estado tampoco en el Cecopi durante la dana), y, a su izquierda, al no asistir finalmente Juanma Moreno, se sent la propia Fr gols. Y no es para menos. Lo vivido por Maz n este mi rcoles en el funeral de Estado es el resultado de una desastrosa gesti n, no solo de aquel fat dico 29 de octubre en el que estuvo cuatro horas de comida en El Ventorro junto a la periodista Maribel Vilaplana, sino tambi n en la forma de afrontar los d as y meses posteriores en una continua huida hacia adelante con el nico objetivo de salvar una m s que finiquitada carrera pol tica. Para tratar de lograrlo no ha dudado en mentir de forma flagrante sobre su papel durante aquella jornada, sobre la que existen a n hoy graves lagunas por esclarecer. A ello se une su desprecio continuo a las v ctimas, a las que ha acusado de estar politizadas cuando le exigieron que asumiera su responsabilidad pol tica por haber incurrido en una dejaci n de funciones el d a de la mayor cat strofe que ha vivido la Comunitat Valenciana. Un a o despu s de la tragedia se siguen desvelando apectos desconocidos sobre su paradero aquel 29 de octubre. Como que acompa a la periodista Maribel Vilaplana hasta su coche tras la comida o que lleg al Palau de la Generalitat cambiado de ropa poco antes de las 20.00 horas, una hora y media m s tarde de lo que hab a defendido hasta ahora. Este mismo mi rcoles, de hecho, Maz n aprovech su declaraci n institucional para criticar al Gobierno sin asumir su propia responsabilidad. Hoy no es d a para la confrontaci n, pero s debemos reflexionar ante el desamparo que sintieron tantos valencianos, tambi n los d as posteriores, cuando fuimos conociendo la magnitud de una tragedia inabarcable , dijo en clara alusi n al Ejecutivo central. Lo m s cercano a la autocr fica fue reconocer que hubo cosas que debieron funcionar mejor , aunque no se disculp . Adem s, aunque este tipo de declaraciones suelen hacerse sin p blico, Maz n dispuso a 160 cargos del Consell para que le ovacionaran, en un burdo intento por disimular esa soledad cada vez m s evidente. Todo este caldo de cultivo ha derivado en tal indignaci n que las manifestaciones se sucedieron con motivo del aniversario de la dana. Por la ma ana hubo una marcha desde la plaza de la Virgen, donde se desplegaron 229 mantas t rmicas en memoria de los fallecidos, hasta El Ventorro. Y por la tarde, miles de personas participaron en diversas marchas silenciosas en Benet sser y La Torre. Pero la indignaci n y la rabia se desataron en el funeral ante la mirada de un Feij o que ya no defiende a su bar n con tanto entusiasmo como hace unas semanas: Tendr que dar todas las explicaciones , asegur recientemente tras salir a la luz sus ltimas mentiras sobre su paradero tras la comida en El Ventorro.

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