eldiario - 1 month ago

El divulgador británico dispara contra la industria alimentaria en su último libro, Adelgazar a cualquier precio (Península), en el que reflexiona sobre la revolución de los fármacos adelgazantes desde su experiencia en primera persona: Persiste la idea de que la obesidad es un pecado Ozempic muestra efectos prometedores contra la demencia, pero riesgos para riñón y páncreas, según un macroestudio Johann Hari (Glasgow, 1979) ha tenido varias vidas. En 2011 sali del peri dico brit nico The Independent tras admitir que plagiaba art culos. A os despu s empez a publicar libros que han tenido xito internacional y han sido traducidos y editados en Espa a y decenas de pa ses: Tras el grito, Las conexiones perdidas o El valor de la atenci n. En su ltimo t tulo, Adelgazar a cualquier precio, Hari hace un viaje que parte de su propia experiencia tomando Ozempic, el medicamento inicialmente indicado para pacientes diab ticos que se convirti en una revoluci n mundial para bajar de peso. Sobre la pol mica que precede a Hari, la editorial Pen nsula, responsable de la traducci n al espa ol, se ala a elDiario.es: Son libros que se someten a un escrutinio y fact cheking al que ojal se sometieran el resto de libros que se publican hoy en Espa a . Toma Ozempic ahora? S . Cuando me enter de la existencia de estos f rmacos estaba a punto de cumplir 42 a os, que es la edad que ten a mi abuelo cuando muri de un ataque al coraz n. Nunca lo conoc . Hab a sido obeso la mayor parte de mi vida adulta y exist a un nuevo medicamento que permit a una p rdida de peso extraordinaria, un 15% en el caso del Ozempic y un 18% con Monjauro. Pens : Realmente tenemos algo que puede ser una gran cosa para m , que puede salvar mi vida porque muchos hombres de mi familia engordan y tienen infartos . Pero tambi n pens que esto sonaba demasiado bien para ser verdad, que seguramente hab a alg n riesgo que no est bamos viendo. As que termin embarc ndome en un gran viaje por todo el mundo, de Islandia a Jap n. Entrevist a los principales defensores del f rmaco, a los mayores cr ticos y a personas que pensaron en esto desde todos los ngulos para averiguar si deb a tomarlo. Su libro parece precisamente eso, un viaje a trav s de las preguntas que se hace al tomar un medicamento que ha revolucionado el tratamiento de la obesidad y la diabetes. Ha encontrado respuestas? El segundo d a que tom Ozempic me despert y no ten a hambre. Nunca me hab a pasado antes. Normalmente era el hambre lo que me sacaba de la cama. Igualmente fui a la cafeter a que hab a a la vuelta de la esquina donde vivo y ped lo que sol a comprar todas las ma anas. Me averg enza decir que era un enorme roll de pollo con un mont n de mayonesa. Y normalmente me lo com a y segu a hambriento. Com a patatas fritas o lo que fuera, y ahora hab a mordido tres bocados y estaba lleno. Cualquiera que celebre o condene estos fármacos sin complicarse más se está perdiendo algo mucho más interesante. Hay grandes beneficios y riesgos significativos. Lo que aprend es que cuando comes algo tu p ncreas produce una hormona llamada GLP-1. Y GLP1 es b sicamente parte de los sistemas naturales de tu cuerpo diciendo: Ey, has tenido suficiente, deja de comer . Como los frenos de un coche. Pero el GLP-1 natural solo permanece en tu organismo unos minutos y luego se elimina. Estos f rmacos te inyectan una copia artificial de GLP1 que, en lugar de permanecer unos minutos, se queda en tu organismo durante toda una semana. Nunca antes me hab a sentido tan saciado. Fue una transformaci n enorme. Cuando estamos haciendo dieta, podemos pensar que queremos comer este Big Mac, pero usamos la fuerza de voluntad y la disciplina para no hacerlo. Con estos f rmacos lo que pasa es que no quieres comer tanto. M s all de aquel d a en que no quise comer el roll de pollo, he intentado plasmar que el panorama es complejo. Creo que cualquiera que celebre o condene estos f rmacos sin complicarse m s se est perdiendo algo mucho m s interesante. Hay grandes beneficios y riesgos significativos. Para m , lo definitivo fue que si tomas estos f rmacos y tienes sobrepeso u obesidad al principio, tienes un 20% menos de probabilidades de sufrir un infarto de miocardio o un derrame cerebral en el a o siguiente. Y eso compensa los riesgos. Mi objetivo era ofrecer una especie de gu a para que la gente pueda pensar en ello de una manera compleja y ser realista con la complejidad de la propia situaci n. Ha cambiado Ozempic la relaci n con su cuerpo y con la comida? Mi cuerpo est m s saludable, no me duele la espalda, pero tambi n me siento m s seguro f sicamente. El jardinero buenorro de mi vecino se me insinu (se r e). Han pasado cosas buenas, aunque en el libro tambi n hablo de los riesgos asociados, que existen. Durante los primeros meses que tom Ozempic perd mucho peso, me sent a m s en forma, pero psicol gicamente no estaba mejor, me sent a un poco deprimido. Es una de las cosas que se est n estudiando, discutiendo. Hay algunos cient ficos que piensan que puede ser un efecto f sico del f rmaco. Sabemos que estos medicamentos no act an principalmente en el intestino, sino en el cerebro. Hay receptores GLP1 tanto en el cerebro como en el intestino. De las cinco razones por las que comemos, seg n la evidencia cient fica, solo una de ellas es f sica, la nutrici n que necesitas para tu cuerpo. El resto son todas emocionales o psicol gicas. En Las Vegas, haciendo otra investigaci n sobre un asesinato, hab a tenido un d a horrible, muy duro, y entr en un KFC en el que hab a estado mil veces. Ped un cubo de pollo frito y sentado all , mir ndolo, pens : joder, no me puedo comer esto, me enfermar a . Entonces me di cuenta de que yo mismo y tanta gente usa la comida para manejar sus emociones, para calmarse, para animarse. Entiende que alguien pueda no dar credibilidad a lo que cuenta despu s de lo que pas en The Independent ? Hace 15 a os hice dos cosas que no estaban bien. Present algunas citas que hab an sido dichas a otros periodistas, como si me las hubieran dicho directamente a m . Y edit algunas entradas de Wikipedia con un seud nimo. Con raz n, pagu un precio importante por ello en su momento. Desde entonces, he escrito tres de los libros m s vendidos del New York Times, que han sido elogiados por un amplio abanico de personas, desde Oprah Winfrey a Hillary Clinton, pasando por la Asociaci n M dica Brit nica. Ahora en todos mis libros comparto el audio de todas las citas que uso directamente en el sitio web para que la gente pueda escuchar lo que me dicen directamente a m . El peri dico The Times lo describi como un modelo de rehabilitaci n y estoy muy orgulloso del trabajo que he hecho. (Esta pregunta fue formulada tres d as despu s de la primera conversaci n con el autor y respondida a trav s de un audio) La revoluci n del Ozempic tiene muchas aristas. En el libro se pregunta si corremos el riesgo de que sea una tirita que impida solucionar un problema del sistema: de c mo vivimos, de c mo comemos y de qu comemos. A qu conclusiones ha llegado? Me gustar a animar a todos los que lean la entrevista a que busquen en Google fotos de playas en Espa a en el a o en que yo nac , 1979, y simplemente miren. Es realmente extra o. Todos en esas playas nos parecen delgados. Aquel a o el 6% de los brit nicos eran obesos. Ahora es el 23%. Ha habido un crecimiento similar en Espa a, aunque la tasa se mantiene algo m s baja. Qu ha pasado de entonces a ahora? La explosi n de la obesidad se produce en todas partes donde la gente pasa de comer en su mayor a alimentos enteros frescos que se preparan en el d a a comer alimentos ultraprocesados. Este nuevo tipo de alimentos a los que nuestros bisabuelos no dieron ni un bocado afecta a nuestros cuerpos de una manera muy diferente: socava nuestra capacidad de sentirnos llenos y dejar de comer. Si haces una dieta realmente dolorosa, si haces ejercicio realmente doloroso es como si te perdonáramos. Bien, ya fuiste castigado por tu pecado. Pero en el caso de alguien como yo el mensaje es: te saliste con la tuya pecando, ¿cómo te atreves? As que estos medicamentos son una soluci n a un problema artificial porque los alimentos ultraprocesados crearon este agujero de hambre en todos nosotros. Los f rmacos te devuelven la sensaci n de saciedad, pero a un precio. Est claro que la soluci n a largo plazo es no exponer a nuestros hijos a los alimentos de este tipo. Yo, con 46 a os, s que lo he estado gran parte de mi vida y me enfrento a esa dif cil elecci n. Me gustar a que esa elecci n no tengan que hacerla las siguientes generaciones porque eso significa que podemos arreglar el entorno alimentario, enfrentarnos a la industria y hacerlo. Del mismo modo que lo hemos hecho con el tabaquismo. Estoy muy a favor de esa lucha, pero mientras tanto no quiero morir de un ataque al coraz n. La obesidad est reconocida por la evidencia cient fica como un factor de riesgo para muchas enfermedades. Sin embargo, a las personas gordas se las estigmatiza, se las se ala como culpables. Eso no pasa con los diab ticos, por ejemplo, cuando la diabetes puede responder tambi n a causas de mala alimentaci n. No se dice: Eres diab tico porque te lo mereces, porque te lo has buscado . Usted habla en primera persona sobre esto, sobre c mo estar gordo le hac a sentir fracasado. S , totalmente. Recuerdo que la primera vez que tom el medicamento me sent culpable, como si estuviera haciendo trampa. Uno de mis mejores amigos toma estatinas para el colesterol y nunca lo pensar a de l. Existe una idea muy arraigada en nuestra cultura de que la obesidad es un pecado que debe ser castigado. Esto se remonta al siglo VI, cuando el Papa Gregorio I establece los siete pecados capitales. Uno de ellos es la gula que siempre muestra con una persona gorda comiendo demasiado. Esta idea a n persiste porque las formas de p rdida de peso implican sufrimiento. Si haces una dieta realmente dolorosa, si haces ejercicio realmente doloroso es como si te perdon ramos. Bien, ya fuiste castigado por tu pecado. Pero en el caso de alguien como yo el mensaje es: te saliste con la tuya pecando, c mo te atreves? . Lo que ocurre merece una comprensi n mucho m s sofisticada. No es que los espa oles sean pecadores y los japoneses, que tienen unas tasas de obesidad muy peque as, moralmente virtuosos. Algo cambi en el entorno que merm la capacidad de muchos de nosotros para sentirnos saciados y que ha provocado una explosi n de la obesidad. No nos sirve de nada culpar a la gente, excepto a las empresas alimentarias que nos lo han hecho. Ellos de hecho son pecadores y debemos culparlos. Pero aparte de ellos, tenemos que estar enfadados con las fuerzas que nos han hecho esto, no enfadados con nosotros mismos. Pero para m no hay contradicci n entre oponerse al estigma y oponerse tambi n al da o causado por la obesidad, que cuenta con una evidencia cient fica abrumadora. Si tienes obesidad hay mayor riesgo de sufrir un derrame cerebral, un infarto, c ncer, demencia, diabetes. Que perjudica la salud es tan claro como la evidencia de que fumar causa c ncer de pulm n o que las emisiones de carbono causan el calentamiento global. No existe ning n debate cient fico serio al respecto. No estamos viendo el riesgo que puede tener en un mundo donde los trastornos alimentarios cada vez surgen de manera m s temprana? Su sobrina, seg n cuenta en el libro, de un peso normal y saludable, le pidi Ozempic tras ver que se le marcaba mucho m s la mand bula. El descubrimiento de estos f rmacos es muy poderoso pero, como la invenci n del fuego, es una herramienta muy buena si la uso para calentar mi casa. Si lo que hago es quemar tu casa entonces es muy mala. Uno de los cient ficos con los que habl me dijo: Hemos descifrado el c digo de lo que controla el apetito humano . Es un gran momento y se puede utilizar para un gran bien y tambi n para un gran da o. Tenemos que regular estos medicamentos de forma muy estricta y me gustaría instar a España a no repetir el error que hemos cometido en Gran Bretaña y en Estados Unidos, donde se puede conseguir Ozempic a través de una consulta con un médico en Zoom Kimberly Dennis, una de las principales expertas en des rdenes alimentarios, me describi estos f rmacos como combustibles para los cohetes de los trastornos. Me preocupa mucho que, aparte de los beneficios para gente como yo, muchas chicas j venes tengan m s problemas por esto. Tenemos que regular estos medicamentos de forma muy estricta y me gustar a instar a Espa a a no repetir el error que hemos cometido en Gran Breta a y en Estados Unidos, donde se puede conseguir Ozempic a trav s de una consulta con un m dico en Zoom. En diez a os, c mo ve la situaci n? Cu nto de lejos habremos llegado? Hay un abanico de escenarios. Es posible que descubramos un problema importante que a n desconoc amos y que estos f rmacos se conviertan en los anteriores medicamentos diet ticos y se retiren del mercado. Creo que es muy poco probable, pero no se puede descartar. Lo que pienso que pasar es que dentro de siete a os saldr la patente y cualquiera podr fabricarlo. Siento que se trata de una transformaci n a la altura de la p ldora anticonceptiva para bien o para mal, pero podr a equivocarme. Ciertamente hay riesgos significativos y muchas personas no deber an tomar esta medicaci n: si tienes c ncer de tiroides en tu familia, est s pensando en quedarte embarazada, si has tenido trastornos de la conducta alimentaria... Espero que mi libro nos d la oportunidad de reflexionar sobre todo esto. Mientras lo escrib a, Novo Nordisk estaba llevando a cabo un ensayo sobre la conveniencia de administrarlo a ni os de seis a os. M s ni os de tres a os saben lo que significa la M de McDonald s que su propio apellido porque desde el momento que nacemos tenemos encima a esta industria. Es muy duro. El dilema que yo enfrento cuando tomo estos f rmacos se escala mucho m s en el caso de los ni os, que pueden ya tener problemas en el h gado por ejemplo, y de sus familias. Shauna A. Levy, una de las principales expertas en obesidad de Estados Unidos, me dijo: No conocemos los riesgos a largo plazo de estos f rmacos. Pero s de la obesidad, y son catastr ficos . As que, ahora hablo yo, el riesgo de los f rmacos tendr a que ser tan grande para superar el riesgo de la obesidad. Por supuesto, todo el mundo deber a probar primero con dieta y ejercicio. No hay riesgo en eso. Pero, lamentablemente, solo el 15% de las personas que prueban la dieta y el ejercicio mantienen el peso a largo plazo. Para el resto de nosotros, de los que hemos sido criados en una trampa, estos f rmacos son como una trampilla arriesgada que permite salir. Algunos de nosotros deber amos arrastrarnos por ella, otros no. Hay que pensarlo bien.

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