abc - 8 days ago

En los últimos años, la Iglesia católica ha puesto en marcha efectivos procesos para detectar los casos de pederastia causados por algunos de sus miembros, algo de lo que la sociedad civil debería tomar nota y aplicarlo a las familias y cercanos a ellas, donde se da el mayor número de casos, con la infancia indefensa, lo que es una infamia. Recuerdo con gran dolor al bueno del australiano y ya fallecido cardenal George Pell, que sufrió persecución desde su tierra natal mientras desempeñaba una tarea de gran responsabilidad para toda la Iglesia en el Vaticano. Aún sin pruebas que lo condenaran y con cierta edad, pasó años en una prisión, hasta que se pudo probar su inocencia. Volvió al Vaticano, donde le fue posible seguir sirviendo a la Iglesia. ¿Qué motivó semejantes acusaciones? Sin duda, la oposición al trabajo que desempeñaba y persecución a la Iglesia. Otro cardenal que me viene a la mente es el canadiense Gérard Lacroix, también dura y falsamente acusado de pedofilia, cuyo expediente tuvo que ser archivado por falta de pruebas y real falsedad. También en Canadá ocurrió algo semejante. Esta vez, en lugar de pedofilia, la acusación era de una joven por acoso sexual, cuya falsedad quedó patente. La acusación iba contra el cardenal Marc Ouellet. Estos tres cardenales prestaban sus servicios en el Vaticano, en importantes trabajos para la Iglesia, desde distintos dicasterios. Otro cardenal falsamente acusado, consultor del Dicasterio para las Causas de los Santos, fue Juan Luis Cipriani, de Perú . También tendría probada su inocencia, si se buscara la verdad, aunque ahora algún medio quiera incendiar las cenizas y levantar mucha polvareda. ¡Qué importante es saber oír a las dos partes y profundizar en la verdad! Se sabe que no tiene rencor a su calumniador y a buen seguro reza por él. Está condenado sin juicio al que comparecer para, al menos, manifestar su versión de los hechos y apelar a la verdad, lo cual para cualquier persona sensata ya es una gran falta de justicia. ¿Porqué tanto interés en mancillar a cardenales que tanto bien hacen a la Iglesia? Pienso que es una manera de perseguirla y querer evitar que sean fructíferos en su desinteresado servicio. No deja de tener un rasgo realmente diabólico. La historia viene de lejos: hasta el mismísimo san Pedro estuvo encarcelado. ¿Por qué? Ahí está el verdadero meollo. Con enorme fuerza me vienen a la memoria los años de prisión del ya venerable cardenal François Javier Van Thuan, entonces por el mero hecho de ser cardenal vietnamita. Al final, tras el permiso para un viaje al Vaticano, se le impidió poder entrar en su país. Los durísimos años en prisión le valieron para ganar en santidad. Eso es lo que ocurre cuando se ama a Dios: Él nunca pierde batallas. Con profundo dolor recuerdo a otro cardenal estadounidense, a quien un día, tras celebrar la santa misa en Washington, me acerqué para pedirle que rezara por una amiga mía, cuyo marido estaba sufriendo una gran persecución. Recuerdo que me dijo que lo haría y me preguntó: «¿Cuál es su nombre?» Pocos años después se probaron las acusaciones de pederastia y abusos a seminaristas. En este caso era cierto. Como consecuencia, este cardenal no solo perdió la dignidad cardenalicia, sino también su condición sacerdotal, y retirado ofrece penitencia por sus pecados en un convento de religiosos. Sí, la Santa Madre Iglesia tiene que velar por todos sus hijos. También debe defender con valentía, fortaleza y claridad los casos de acusaciones a personas inocentes, así como ofrecer procedimientos de purificación para quienes fueron realmente culpables y, sobre todo, cuidar y proteger a las víctimas. Qué importante es dar una buena formación a todos y cada uno para llegar a erradicar esta tremenda lacra. De la Iglesia deberían tomar ejemplo las autoridades civiles para arrancar este flagelo y proteger las vidas de niños inocentes en sus propios hogares. He mencionado el caso de cuatro cardenales que sufrieron persecución con falsas acusaciones, no digamos ya el encarcelamiento que tuvo que padecer el cardenal Pell hasta que se pudo probar la falsedad de las acusaciones y pudo regresar al Vaticano. Por eso insisto en la gran importancia de conocer al campanero . Ahí lo dejo.

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