Sánchez y Casado pactan un consejo de RTVE muy político y con menos peso de Podemos

Primer gran acuerdo del Gobierno con el PP en la legislatura, y de momento el único. Los grupos parlamentarios de PSOE y PP comunicaron en la mañana del jueves un acuerdo para renovar el Consejo de Administración de RTVE que pondrá fin al mandato «provisional» de Rosa María Mateo y que ya se extendía desde el verano de 2018. El nuevo presidente será José Manuel Pérez Tornero, un experto en el mundo académico y educativo. Es propuesto por el PSOE y muy cercano al socialismo catalán, y en el Partido Popular consideran que es un nombre de consenso, por lo que cuenta con su confianza. Ambos partidos pactaron una lista de diez nombres en la que también tendrán espacio consejeros promovidos por Unidas Podemos y el PNV, que han estado en contacto con el Gobierno mientras se sustanciaba la negociación principal entre socialistas y populares. Los negociadores decidieron separar este acuerdo del resto de renovaciones institucionales, que se concretarán en «los próximos días». El acuerdo sobre RTVE se cerró el miércoles, pero no se anunció hasta las ocho de la mañana del jueves, tras contactos dentro de la coalición y una última conversación con el PP para decidir separar este acuerdo de la renovación del Consejo General delPoder Judicial. La intención era anunciar un acuerdo global, pero la negociación sobre el Poder Judicial encalló la tarde del miércoles, mientras arreciaban las presiones de la formación de Iglesias para tener representación entre los vocales del órgano de gobierno de los jueces. El debate de ayer en el Pleno del Congreso, para la votación de seis de los diez consejeros de RTVE pactados, fue una bronca de los partidos que no formaron parte del acuerdo a los que participaron de él. De hecho, los diputados de Vox y Ciudadanos (Cs) ni siquiera quisieron votar. El portavoz de Vox en la Comisión de RTVE, Manuel Mariscal, dijo que su partido no iba a participar en «el gran teatro político». Fuentes de su formación aseguran que la decisión se tomó «hace meses». Por Cs, Edmundo Bal y Guillermo Díaz comparecieron ante los medios para criticar lo que consideran «un reparto del Estado» entre «los dos nostálgicos del bipartidismo». Díaz, portavoz de Cs en la Comisión de RTVE, denunció que PSOE y PP incluso anunciaron los consejeros que convalidará el Senado, a pesar de que los candidatos ni tan siquiera han pasado por la Comisión de Nombramientos de la Cámara Alta. Cs pedía retomar el concurso público abandonado en 2018. Los consejeros propuestos necesitaban el apoyo de dos tercios de la Cámara para ser elegidos. En la votación telemática no hubo ninguna sorpresa y se aprobó el nombramiento de José Manuel Pérez Tornero, Elena Sánchez Caballero, José Manuel Martín Médem, María Carmen Sastre Bellas, Jenaro Castro Muiña y Juan José Baños Loinaz, todos por 249 votos de un total de 276 emitidos. Los diputados de Vox reaccionaron al resultado con gritos de «¡que se besen, que se besen!», dirigidos al PSOE y al PP. Nuevo escenario La plasmación de un acuerdo entre PSOE y PP como actores protagonistas, por mucho que Unidas Podemos y PNV hayan terminado teniendo espacio en el pacto, es un hecho notable que sitúa la legislatura en un nuevo escenario. Es cierto que el PP apoyó las primeras prórrogas del estado de alarma y se abstuvo en el actualmente vigente. O que no se opuso a medidas como el Ingreso Mínimo Vital. Pero el anunciado el jueves es el primer pacto de calado entre ambas formaciones desde que Pedro Sánchez es presidente y desde que Pablo Casado lidera el PP. El resultado final es una lista de nombres que no va a significar la despolitización del organismo. El anuncio del acuerdo escenificó una guerra de relatos porque las fuentes socialistas atribuyen el acuerdo también al grupo parlamentario de Unidas Podemos y al PNV, mientras que el PP solo se refiere a un acuerdo a dos partes. Desde el PP celebraron el acuerdo porque, a su juicio, urgía renovar RTVE para rescatarla de «la nefasta etapa de manipulación y sectarismo a la que la había conducido la administradora única, llevándola a una podemización intolerable». Desde Génova creen que con la renovación, pendiente de que el Senado dé el visto bueno a los cuatro consejeros restantes (Ramón Colom, Concepción Cascajosa, Roberto Lakidaín y Consuelo Aparicio Avendaño), «se pondrá fin a los desmanes de Podemos en RTVE». Caída de la audiencia Uno de los resultados de la discusión política, ya sea entre dos partes o cuatro, es que el consejo de administración de RTVE no ha sido diseñado de un modo racional, con idea de juntar perfiles complementarios para rescatar a la cadena pública de su gravísima crisis de audiencia y credibilidad. En los años de Rosa María Mateo, la audiencia media de La 1 ha bajado al 9,4%, un punto por debajo del nivel que se encontró, mientras los telediarios pasaban de luchar por el liderazgo a una clara tercera posición. Entretanto, en la cadena vieron cómo se descartaba el concurso de méritos y se optaba por un arreglo de cuotas entre partidos, que ha desembocado en una polarización del consejo que podría hacer dignas de retransmitirse en directo sus reuniones. Esta politización fue ayer criticada con dureza por el Consejo de Informativos de TVE, que expresó su «profunda decepción» por la forma de culminar el proceso de renovación. El órgano interno que forman numerosos profesionales de la información mostró su «escepticismo» sobre la capacidad de los consejeros «de soltar amarras con los partidos y procurar un contexto de verdadera independencia». El Consejo de Informativos insiste en su defensa de la modalidad de concurso público «para resolver la gobernabilidad» de RTVE, «con el objetivo fundamental de garantizar su independencia de los intereses partidistas». «Lamentablemente», añade, «los partidos han optado, una vez más, por un método de designación de consejeros y consejeras basado en la cuota política y no en el mérito, capacidad, trayectoria y proyecto de cada uno». Otras fuentes describían de forma gráfica lo que supone el sistema de elección:«En cuanto estás nombrado por un partido, te debes a ese partido, seas o no militante». Para muchos, se ha perdido una gran oportunidad, además de tres años en los que el daño causado puede ser irreversible.

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