abc - 3 days ago

Nada más convertirse en estrellas del pop, Guy-Manuel de Homem-Christo y Thomas Bangalter llegaron a la conclusión de que no querían serlo. Corría el año 1997, acababan de petarlo en todo el mundo con su primer disco Homework , cuando los miembros del dúo Daft Punk decidieron que nunca más volverían a mostrar sus rostros en público, como expresión de «rechazo al star-system». «Queremos que el foco esté en la música. Si tenemos que crear una imagen, debe ser una imagen artificial. Esa combinación esconde nuestra fisicalidad y también muestra nuestra visión del sistema estelar. No es un compromiso. Estamos tratando de separar el lado privado y el lado público», explicaban los músicos parisinos, no sin dejar de reconocer las ventajas que tenía esta decisión en sus vidas íntimas. «Una cosa que nos gusta de las máscaras es que gracias a ellas no hay gente que se nos acerque constantemente y nos recuerde lo que hacemos. Es bueno poder olvidar». Primero usaron bolsas de basura y máscaras de Halloween para ocultar sus rostros, antes de dar con sus alter-ego definitivo: los robots. «No somos artistas, no somos m no sería agradable para la humanidad ver nuestras características. Pero los robots son emocionantes para la gente», dijo de Homem-Christo en una entrevista con Rolling Stone. En 2001, hicieron varias modificaciones en sus casos androides para hacerlos más funcionales. Les incorporaron sistemas de comunicación para poder hablar entre sí durante sus actuaciones en vivo, e incluso pequeños dispositivos de aire acondicionado para hacerlos más cómodos y llevaderos en las sesiones. «Estamos interesados en la línea entre la ficción y la realidad, creando estos personajes ficticios que existen en la vida real. La gente piensa que los cascos son de marketing o algo así, pero para nosotros es glamour de ciencia ficción», explicaba Homem-Christo, aludiendo a influencias como Kraftwerk, Ziggy Stardust o Kiss en la elaboración de sus alter ego. Sus primeros cascos de robot, diseñados por amigos artistas franceses, tenían pelucas (rizada para Bangalter, lisa para de Homem-Christo). Pero en 2011 decidieron que los robots se veían «más elegantes» siendo calvos. Sus últimos cascos fueron fabricados por una tienda de efectos especiales de Hollywood que trabajó en la saga cinematográfica de Spider-Man , y que firmó un acuerdo de confidencialidad con respecto a sus especificaciones. Bangalter fue un visionario al comparar estos disfraces con la filosofía artística de Warhol, «mezcla de producción en masa y arte», ya que numerosos fabricantes imitadores han inundado eBay con imitaciones.

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